Fútbol
El olfato empresarial de Beckham, su alianza cubana y el fichaje de Messi: así nació y creció el Inter de Miami
Mundial de clubes
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Cuando David Beckham abandonó el Real Madrid en 2007 y fichó por los Galaxy, muchos no entendieron el movimiento del inglés. Solo tenía 32 años y todavía tenía fútbol para competir en la élite, pero él estaba ya con la cabeza en otra cosa. ... Beckham fue, además de un gran jugador, un filón comercial y mediático con un patrimonio enorme que aumentar y gestionar. Y eso hizo marchándose a la Major League Soccer (MLS), la principal liga de fútbol profesional de los Estados Unidos. Firmó con los Galaxy a cambio de obtener una licencia para crear su propia franquicia. Solo tenía que poner encima de la mesa 25 millones de dólares una vez que dejara el fútbol en activo, algo que sucedió en 2013.
Fue entonces cuando David empezó a darle forma a su franquicia, que desde el primer momento tuvo claro que la asentaría en Miami. Beckham quería una ciudad que no tuviera aún presencia en la MLS, que contara con un número importante de ciudadanos suramericanos y centroamericanos, que siguiera el fútbol con frecuencia y que fuera uno de los destinos favoritos de la gente guapa y rica de todos los ámbitos. Miami reunía todos estos requisitos. «Y no podemos pasar por alto la presencia de los multimillonarios hermanos Mas, claro. Sin ellos, no hubiera sido posible», recuerda Nacho García, periodista español afincado en Miami desde 2013.
Los hermanos Mas son Jorge y José, los hijos de Jorge Mas Canosa, un opositor del régimen cubano que abandonó la isla a mediados del pasado siglo para empezar una nueva vida en Miami, donde fundó MasTec, una exitosa empresa de ingeniería y construcción de infraestructuras con sede en Coral Gables. Murió joven, con solo 58 años, y sus negocios los heredaron sus dos hijos, ambos también con acierto y buenas decisiones. Dos ricos con los que se alió Beckham para darle cuerpo y forma al Inter de Miami, el equipo que la próxima madrugada (02.00 horas en España) disputará ante el Al Ahly egipcio el partido inaugural del nuevo Mundial de Clubes. «Jorge es la cara del club. José trabaja en la sombra, es mucho más discreto. Y como le está yendo bien, en abril de 2022 decidieron comprar el 51% de las acciones del Zaragoza, pero en esta inversión no está Beckham metido, solo los hermanos Mas», recuerda Nacho.
No fue sencillo el nacimiento del Inter. Además de dinero, se necesitaba tramitar una burocracia que la ciudad de Miami no puso fácil, pero en 2018 por fin le dio luz verde a la franquicia. No había aún ni logo, ni color de la camiseta y, ni siquiera, estadio, pero sí que había ya una legión de seguidores que hoy conforman las barras de animación. «Acudían hasta a los plenos del Ayuntamiento en los que se presentaba Beckham para intentar agilizar la franquicia. La mayoría de ellos son latinoamericanos», desvela Nacho García.
Uno de los problemas era la ubicación del estadio en suelo público. Todos estos años, el Inter ha jugado en el Chase Stadium, un recinto provisional a la espera del nuevo estadio, que, cerca del aeropuerto, estará ya listo para el próximo año. «Su primera temporada en la MLS fue la de 2020, la de la pandemia y hasta la llegada de Messi, al estadio iban unas 10.000 personas, la mitad del aforo. Eso ha cambiado con Leo, claro, que llena las 21.000 butacas».
Esa primera temporada, el Inter no logró entrar en los playoffs y quedó décimo en la Conferencia Este, pero llegó Higuaín y el equipo logró meterse en las eliminatorias por primera vez. Ya en 2023, con Leo en su plantilla, ganó la League Cup, un torneo creado en 2019 donde compiten equipos de la MLS y de la Liga mexicana. Luego, en 2024, arrasaron en la liga regular, siendo el mejor equipo de las dos conferencias, pero incomprensiblemente se la pegaron en el primer playoff. En este 2025, con Mascherano en el banquillo, y con la mitad de la liga regular ya jugada, ocupan la tercera plaza de su conferencia.
Un crecimiento deportivo que ha venido acompañado de un impulso económico y mediático más propio de un gran club de Europa. Y todo gracias al terremoto Messi. Beckham empezó a hablar con Leo cuando aún estaba en el Barça y las negociaciones se intensificaron cuando se fue al PSG. Allí, en París, obtuvo el compromiso de que se uniría al proyecto. El acuerdo verbal se lo arrancó con la misma fórmula por la que el propio Beckham fichó por los Galaxy. Convertirse en propietario de una franquicia, pero en este caso de una ya creada. Cuando Messi cuelgue las botas, será el cuarto accionista del Inter de Miami.
50 millones anuales
De momento, lo que le ocupa es hacerse (aún más) de oro, y hacer de oro al club. Messi gana más de cincuenta millones de dólares anuales entre su sueldo (12 millones) y sus numerosos acuerdos publicitarios. Termina contrato a finales de este año y ha rechazado la primera oferta de renovación, pero no porque quiera cambiar de aires. Se llegará a un acuerdo con total seguridad. «Él va a estar con Argentina en el Mundial de 2026 y el mejor sitio para prepararlo es aquí. Renovará un año más y luego ya veremos», explica Nacho.
El filón de Messi es tal que, cuando el Inter juega de visitante, hay rivales que llevan el partido a estadios de la NFL, donde la capacidad es tres veces superior a un estadio de la MLS. Eso sucedió por ejemplo hace dos meses, ante Columbus. En lugar de jugar en Ohio, el partido se llevó a Cleveland, a dos horas de distancia, para llenar las 70.000 butacas del FirstEnergy Stadium de los Browns: «A Messi le pasa como a Jordan en sus últimos años. Viene gente de todo Estados Unidos a verle jugar. Ha multiplicado por cinco el valor del Inter», cuenta Nacho.
La franquicia de Miami está valorada ya en casi 1.500 millones de euros y su caché en las giras de verano es el mismo que el del Madrid o el del Barça durante sus giras de pretemporada por Estados Unidos. De hecho, según datos de Forbes, está cerca de entrar en el top ten de los clubes de fútbol más valiosos del mundo y las marcas se dan tortas por ser uno de los patrocinadores. «Antes de Messi era el Inter el que buscaba los patrocinadores. Ahora le vienen solos. VISA, Royal Caribbean, Continental, Coca Cola, Continental… Es una mina», sentencia Nacho.
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