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Para vivir
«Los insultos con que Luis Enrique ha sido despedido son de país inculto, ingrato y garrulo. Cualquier equipo que deje su huella en la historia lo hará jugando a este fútbol»
Fallar los penaltis
Luis Enrique no ha fracasado por sus ideas sino por su mala relación con la realidad, por no entender que la secta no es el perfeccionamiento de ninguna fe sino primero su parodia y finalmente su tragedia. La idea futbolística de Lucho es la ... mía, y le admiro por ello, pero ni en el fútbol, ni en la empresa ni en la vida nos debemos a una idea aunque nos lleve al desastre, sino que tenemos que utilizar de la mejor manera nuestra ideas y demás recursos para competir y ganar. La frustración contra Marruecos fue muy parecida a la que los barcelonistas sentimos con Pep en el banquillo, y jugando con Messi, Xavi e Iniesta, cuando aún no habíamos descubierto que evolucionar no es traicionarse sino la base de la historia de la Humanidad.
Forma parte de lo corriente –no sé si de lo normal– que ante tamaña decepción, y sensación de impotencia, el entrenador sea cesado. Yo creo que había margen para que hubiera aprendido la lección y la necesidad de llevar sus buenos conceptos a otro nivel competitivo. Para que entendiera que en el fondo Cruyff siempre fue más moderno que Guardiola, y menos vanidoso, y más listo, porque adaptaba su discurso a cada circunstancia, y no al revés. Y luego para disimular cada contradicción tenía una frase genial.
A los equipos de Pep, y esto a Luis Enrique también le pasó en su última etapa en el Barça, les falta alegría, luz, propósito festivo, y les sobra obsesión, narcisismo, colapso mental de personas que no han venido al mundo a pasárselo tan bien como Johan. Hay una alegría de fondo que todo colapsa cuando no está. El racionalismo sin Gracia acaba topando siempre con la inevitable imperfección humana y Marruecos te gana.
Pero que a Pep y a Lucho les falte esta luz y les sobre fanatismo sectario no significa que su fútbol no sea elegante, preciso, admirable; el más notable que se ha jugado en mucho tiempo, con la alta excepción del Madrid, que es todo luz en la Champions y a todos deslumbra porque su escudo brilla más que cualquier otra idea o circunstancia.
Pero los insultos con que Luis Enrique ha sido despedido son de país inculto, ingrato y garrulo. Cualquier equipo o selección que deje su huella en la historia lo hará jugando a este fútbol. Eso sí, con mejores jugadores, más acierto y una relación más sana con la realidad. «Salid y disfrutad», dijo Cruyff en Wembley. Los genios enseñan a vivir.