España echa el freno al desánimo

Por la mañana, tras el entrenamiento, salió a hablar Iago Aspas , protagonista con su gol en el duelo ante Túnez y autor de unas comprometidas declaraciones en el postpartido. «Las sensaciones eran mejores antes de esta concentración», dijo en caliente. El gallego, un tipo directo, lo matizó a su manera tras conocer el revuelo: «Siempre se le ponen los puntos a las íes. Hemos tenido mejores partidos, pero el rival también juega. Después de ganar 6-1 a Argentina la gente quería que le metiésemos ocho a Suiza y diez a Túnez». Como diría Laporta, «no estamos tan mal».

Mientras Aspas contaba su verdad, Lopetegui sorprendía apareciendo por el centro de prensa del colosal Krasnodar Stadium . Sonriente y afable con la prensa, el seleccionador no dio síntomas de excesiva preocupación, en la línea del día anterior. En el fondo, el pobre partido ante Túnez le sirvió para ir despejando algunas de las pocas dudas que aún le quedan para el estreno ante Portugal. A saber: la solvencia de Nacho parece imponerse a la impetuosidad, a veces peligrosa, de Odriozola, mientras que Koke , que endureció el mediocampo en el segundo tiempo, también parece haber tomado la delantera sobre Thiago. Sigue la incógnita sobre el nueve de España, aunque la confianza que deposita Lopetegui en Diego Costa le convierte en favorito pese a los irrefutables números de Aspas (5 goles y 5 asistencias en 10 partidos).

Para dar, si cabe, mayor normalidad a la jornada, la Federación decidió abrir las puertas de su casa. Por la tarde hubo visita programada al hogar de la selección en Krasnodar , donde sorprendió la austeridad de las habitaciones de los jugadores, con un pequeño baño y cuyo único mobiliario lo conformaban la cama y un escritorio.