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Mundial Rusia 2018

De Gea y su peor noche: «No he matado a nadie»

El guardameta volvió a fallar como con Argentina y Suiza. Hierro tendrá que afrontar otro debate sobre la portería de España

David de Gea no pudo atrapar la pelota en el 2-1 de Portugal EFE / Vídeo: De Gea disgustado tras el error

Javier Asprón

Diez minutos le duró la americana a Fernando Hierro . El nuevo seleccionador se presentó pinturero al partido y acabó en plan Camacho. El calor, la presión y el tempranero gol de Portugal obligaron al seleccionador a remangarse cuanto antes. Era su debut en el banquillo y no se le pudo poner más complicado. Al nuevo míster se le unieron dos circunstancias que no suelen casar bien con pretender ganar un partido: uno, que el delantero contrario esté tocado por una varita mágica; y dos, que el portero propio sufra un apagón morrocotudo. Contra eso lidiaron Hierro y el resto de la selección en el estreno mundialista.

De Gea , portero indiscutible desde la Eurocopa 2016, ha fallado en tres de los últimos cuatro partidos. Tuvo errores de bulto en los amistosos ante Argentina y Suiza y ayer volvió a perder las manos en el segundo gol de Cristiano. También hizo la estatua en la falta que significó el 3-3 definitivo, aunque está por ver si su estirada hubiera evitado el tanto.

Pero más allá de los fallos, sorprendió la inseguridad que transmitió durante todo el partido. Un nerviosismo que contagió a la defensa, provocando que los últimos minutos resultaran un suplicio. Si hubo empate fue a pesar de él, suficiente para encender la mecha de un nuevo debate sobre la portería. «No he matado a nadie», se defendía un De Gea que dio la cara tras el partido. «Estoy tranquilo, hemos hecho un buen partido. Los que nos ponemos los guante y salimos al campo sabemos lo difícil que es».

Pese a sus palabras, a De Gea se le vio tocado por sus errores. Sus compañeros le arroparon durante el partido con gestos de cariño, pero al acabar fue el primero en abandonar el campo tras el cruce de felicitaciones con los portugueses. Cabizbajo, recibió el abrazo en el vestuario de un Hierro que no está dispuesto a abrir el melón de la portería: «Aquí no dejamos tirado a nadie de la familia. Somos un equipo, del número 1 al número 23. Sé que el portero es un puesto especial, que tiene una psicología especial y no tengo dudas. Somos un equipo y sabemos que hay días mejores y peores, eso es humano».

«El míster está conmigo», se reforzó el guardameta. «Es un error que puede pasar porque era un disparo complicado. Quiero seguir trabajando y pensar ya en el partido ante Irán. Tengo claro que no es el partido más duro de mi carrera. Esto ya es pasado».

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