Mundial
Mbappé vs Messi: la final soñada por Qatar y el PSG
Las dos estrellas del club parisino, propiedad del país árabe, se miden este domingo por su tercera estrella
En el verano de 2021, cuando a Laporta le explotó en la cara la 'renovación' de Messi, que había vendido durante meses como hecha, Nasser Al-Khelaifi vio la oportunidad que nunca jamás pensó que hubiera podido tener. Juntar en el mismo equipo a Mbappé ... , el futuro del fútbol, y a Messi, el pasado. Ambos también son el presente, claro, pero la edad de Kylian (23) y de Leo (35) definen el estatus temporal de ambos. Eso es una obviedad.
Messi había sido el santo y seña del Barcelona en los últimos quince años y, a pesar de que en 2021 pidió a través de un burofax su salida, la dimisión de Bartomeu y la elección de Laporta como nuevo presidente del Barcelona hicieron que recapacitara. Su objetivo pasó de rogar por un adiós a suplicar por la renovación, pero esta no llegó.
En ese desazón salió al consuelo don dinero, poderoso caballero. Messi, que ganaba 50 millones en el Barcelona, se fue al único club que podía hacerse cargo de tan voluptuosa ficha. El PSG le firmó un contrato de dos años, asegurándose su presencia en París cuando el Mundial de Qatar tuviera lugar. Como imagen para el país y el evento, el fichaje era un acierto absoluto, pero no suficiente para Qatar. Quería más.
Ese más significaba evitar que Mbappé se marchara al Real Madrid y renovar su contrato, que expiraba el pasado verano. La misión parecía imposible, como también lo parecía con Messi, pero acabó sucediendo. 125 millones de euros de prima de renovación y 90 millones por cada una de las tres temporadas que extendió su contrato. Imposible decir que no aunque significara tirar a la basura su acuerdo verbal con Florentino Pérez y dejar su imagen manchada de cara al madridismo.
Así es cómo se gestó que, en la temporada 22-23, en la que Qatar acogía el primer Mundial de la historia en un país de Oriente Medio, Messi y Mbappé jugarán con sus respectivas selecciones como jugadores del PSG y, por tanto, del propio Qatar. El orgullo patrio está sobradamente relleno. Ahora solo faltar coronar a uno de los dos, pero el que no va a perder es el PSG, ni Qatar. Ya tiene la final soñada.