Selección de columnistas
Maradona a caballito
«Reaparece el Messi que no lidera, el que no tira del carro, el Leo agobiado por esa eme mayúscula siempre por delante de la suya, diminuta»
Un país de odiadores
El Mundial, en directo
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Iniciar sesiónHace dieciocho años que Messi lleva a caballito a Maradona, esa sombra infinitamente alargada, una mochila futbolística casi tan pesada como una ballena azul antártica. Últimamente se ha hecho viral esa imagen suya cabizbajo y con la mirada vidriosa y fija en el ... suelo, como si un yunque tirara de él hacia abajo. No creo que tenga que ver tanto con la derrota como con el desfallecimiento físico y casi me atrevería a decir que incluso espiritual de quien lleva cuatro lustros arrastrando en silencio la gravedad de un mito, peleando contra el recuerdo de un dios.
No es por casualidad que los instantes de mayor felicidad de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos se produjeran en el preciso instante en que dejaba de orbitar alrededor de la selección de su país. Despresurizado, desatado momentáneamente de las cadenas de la comparación, Messi sonreía a veces, y a veces ya era algo.
De repente Scaloni, que llegaba como interino, obró el milagro creando para Messi también en Argentina un microclima ajustado exactamente a sus necesidades. Hasta líder se sintió, que era otra de las acusaciones vertidas contra él, y sorprendió gratamente su discurso de gran capitán en el vestuario poco antes de saltar al césped para enfrentarse a Brasil en la gran final de la Copa América. Leo casi estaba yéndose y, en el adiós de su último Mundial, empezaba a equilibrar el luminoso con el Diego. Y en eso llegó Arabia Saudí y todos recordamos de sopetón que la ballena azul antártica seguía allí, tan densa como siempre.
Vuelve a distanciarse Maradona, que no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero, como canta mi admirado Calamaro. Justo cuando estaba a punto de atraparla, la sombra vuelve a escurrírsele de entre los dedos. Reaparece el Messi que no lidera, el que no tira del carro, el Leo agobiado por esa eme mayúscula siempre por delante de la suya, diminuta. Hace un rato parecía una pluma y ahora Diego vuelve a zarandearlo. Lionel está ante su gran reto deportivo: descabalgar a la leyenda o vivir para siempre con ella, tratar de empatarla o asumir la goleada de la historia. «¿Qué se le regala a un hombre que lo tiene todo?», le pregunta Sean Penn a Michael Douglas en 'The game'«. A Messi yo le regalaría poder leer la Biblia tranquilamente junto al calefón, liberado y sereno, descansado.
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