Ibai Llanos, Rod Stewart, Dua Lipa, futbolistas, aficionados... las llamadas al boicot del Mundial de Qatar se multiplican

Las prohibiciones en Qatar no van solo hacia el consumo de alcohol, o las simples restricciones de movimientos sino también a las muestras de cariño, especialmente si son entre personas homosexuales. Un embajador declaró que «la homosexualidad causa daño a la mente» a unos días de la inauguración, y aunque el intento de blanqueo del régimen va hacia tapar este tipo de afirmaciones, no habrá una movilización seria en su contra.

Y es que este Mundial se celebra cimentado sobre pilas y pilas de dinero de origen cuestionable y un número aún no confirmado de víctimas mortales en la construcción de sus estadios.

Joseph Blatter, presidente de la FIFA cuando se eligió Qatar como sede, admitió recientemente que había sido un error y que hubo injerencias políticas que pesaron más. «Por supuesto que había una cuestión de dinero de por medio. Seis meses después de aquellas reuniones, Qatar compró aviones de combate a los franceses por un valor de 14.600 millones de dólares», contó el exdirigente suizo, apartado de su cargo acusado de corrupción.

El dinero ha pesado en que muchos acepten callar sobre las flagrantes infracciones en derechos humanos. El Mundial de Qatar cuenta con embajadores de la talla de David Beckham o Samuel Eto'o muy bien pagados para que no tengan debates morales, pero los dólares no son suficientes para otros muchos.

Uno de los más vehementes para rechazar aportar su imagen al Mundial fue Ibai Llanos. El streamer español, considerado el mejor del mundo en lo suyo, afirmó haber recibido una oferta para ir en el avión de la selección española al Mundial. «No me sale de los coj... hacerlo y no lo voy a hacer», confesó a sus miles de espectadores en twitch.

En el mundo de la música ha habido varios plantones también. Dua Lipa ni siquiera se ha planteado actuar en la ceremonia de inauguración y, de hecho, ha afirmado que no viajará a Qatar hasta que no cumplan sus promesas de respetar los derechos humanos. Un cantante mucho más veterano como Rod Stewart va en la misma línea: le pusieron sobre la mesa un millón de dólares por actuar y los ha rechazado porque «no le parecía correcto ir».

Para un futbolista lo más grande es participar y, si pueden, ganar un Mundial, pero eso no implica que lo vayan a hacer sin aprovechar su altavoz para señalar las flagrantes faltas sobre los derechos humanos en Qatar.

Harry Kane, capitán y líder en el ataque de Inglaterra, portará un brazalete arcoíris en los partidos que dispute para llamar la atención sobre los derechos hacia los homosexuales. También Hummel, la marca que viste a Dinamarca, ha usado su presencia en el Mundial para protestar: la equipación de los daneses tendrá totalmente difuminado su logo porque no quieren publicitarse allí.

Noticia Relacionada

Con boicots para la galería

Javier Asprón

A 31 días del inicio se habla poco de fútbol y mucho de iniciativas contra el país anfitrión

Estos gestos, aunque loables, no son más que eso: gestos. Hay voces que han pedido ir más allá y que han señalado el error de ir al Mundial. Es el caso de Jorge Sampaoli, entrenador del Sevilla, que dejó una reflexión muy dura hacia la cita en Qatar. «La FIFA determinó que se jugase en un lugar en el que no se debería haber jugado y en una fecha que no se debería haber jugado. Todo por plata, todo por negocio», señaló el argentino.

Otro técnico de los que nunca se callan, Jurgen Klopp, apuntó sus dardos hacia la prensa. «Ha habido muchas oportunidades para denunciarlos, pero mucha gente ha ganado dinero por razones equivocadas. Todos somos culpables», resumió el entrenador del Liverpool.

«La FIFA determinó que se jugase en un lugar en el que no se debería haber jugado»

Jorge Sampaoli

Entrenador del Sevilla

Parte de los aficionados también han intentado hacer su particular protesta. En varios partidos de la Bundesliga, en Alemania, se han llenado las gradas de mensajes llamando al boicot del Mundial. Aficionados del Borussia Dortmund, del Hertha de Berlín o del Bayern de Múnich entre otros han pedido públicamente que no se le haga ningún caso.

¿Cuántos espectadores responderán a este llamamiento? ¿Se apagarán televisiones, como piden estos movimientos, para dar la espalda a una cita que, en palabras de quien fue el responsable de concederlo, es un error? Nada hace pensar que vaya a ser un movimiento mayoritario.