Benzema y Gayá, dos lesiones con murmullo

Posiblemente aquella baja ante el Getafe del 6 de octubre ya fuese el primer aviso de que algo no iba bien, ahora en el cuádriceps izquierdo. Tras descansar cinco días, jugó tres partidos seguidos en ocho días... y nuevo parón. No había lesión, pero volvían las malas sensaciones. El 21 de octubre ya se informa de una fatiga muscular en el cuádriceps de la pierna izquierda. Con el Mundial cerca, crece la preocupación. Del primer descanso de cinco días se pasa a uno de 28 días para intentar recuperar el músculo.

Karim reaparece el 2 de noviembre ante el Celtic. Sólo juega 26 minutos. Y nuevo parón. El músculo sigue tocado. Ha pasado de la fatiga a la extenuación, a un cansancio extremo. El riesgo se multiplica. El parón ya es definitivo con el Madrid. No vuelve a jugar. Se concentra con Francia y lleva un plan de readaptación sin margen porque el Mundial se echa de encima. Y el músculo acaba por romperse 45 días después del primer aviso.

Ahora toca parar y recuperar bien la zona dañada en una pierna izquierda en la que ha sufrido ya seis lesiones musculares en las dos últimas temporadas. Tras decir adiós al Mundial, ahora es vital no decir adiós a la temporada prolongando estos problemas musculares continuados que lo han condicionado en los dos últimos meses y medio.

Lo de Gayá es distinto. Una lesión traumática en el peor momento. Un esguince de tobillo que, no siendo nada, es mucho en una competición tan corta, tan importante y con la posibilidad de traer un sustituto. Los médicos habrán puesto al servicio de Luis Enrique toda la información necesaria para que el seleccionador tomase la decisión pertinente.