Es fútbol y es femenino
La velocidad, el caballo de batalla de la selección
«Aquella mujer, formidablemente preparada, solo tenía una obsesión: '¿Hay jugadoras rápidas en el equipo?'»
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La velocísima y polémica (por su testosterona) Banda, de Zambia, en el partido ante Japón
Durante mis años como director general deportivo en el club donde trabajaba, empezamos el proceso para fichar a una entrenadora, como otras veces habíamos hecho. Aquella mujer, formidablemente preparada, solo tenía una obsesión: «¿Hay jugadoras rápidas en el equipo?». Tanto era así ... que su decisión o no para formar parte del club era sencillamente esa: que hubiera jugadoras veloces. Mi contestación fue que sí, que en efecto las teníamos.
»Vale, ahora quiero ver el campo donde vamos a jugar», prosiguió. Una vez allí, se puso a medir en pasos la longitud. Al acabar, me dijo: «Si una jugadora se va, no la pillan. Y si además tenemos quien meta gol, tenemos muchas posibilidades de triunfar». Aquella obsesión tenía un poso de realidad apabullante: la velocidad es, posiblemente, el aspecto físico más determinante en el fútbol femenino. Hoy, pasados los años, no puedo estar más de acuerdo con ella.
Mañana nos enfrentamos a Zambia, una selección a priori inferior a la nuestra, pero ojo: durante la preparación del mundial fue capaz de imponerse a la todopoderosa Alemania por 2-3 el pasado 7 de julio. En la selección zambiana hay dos jugadoras clave que pueden ser decisivas ante cualquier rival: Rachel Koundananji y Barbara Banda. ¿Por qué lo son? Sencillo: porque corren a una velocidad que asusta. La velocidad es uno de los factores preferenciales de la condición física de este deporte. En el transcurso de un partido, una jugadora efectúa de 100 a 150 carreras de alta velocidad que oscilan entre los 10 y 40 metros, promediando a 20 metros.
La Copa Mundial Femenina de la FIFA de Francia 2019 marcó un antes y un después en el fútbol femenino. Los datos recogidos por expertos de la FIFA revelaron que las exigencias físicas para las jugadoras han alcanzado nuevas cotas respecto a Canadá 2015. En Francia hubo más carreras y esfuerzos en la zona 5, mayores a 23 kilómetros por hora, y los equipos que recorrieron mayores distancias, a más de 19 kilómetros por hora, obtuvieron los mejores resultados (La zona 1 abarca de 0 a 7 kilómetros por hora; la zona 2, de 7 a 13 km/h; la 3, de 13 a 19 km/h; la 4, de 19 a 23 km/h; y la 5, la más elevada, supera los 23 kilómetros por hora).
La magnitud del cambio en las exigencias en comparación a Canadá 2015 es sorprendente, especialmente teniendo en cuenta que los cambios entre los Mundiales 2011 y 2015 fueron muy leves. La carrera de alta intensidad aumentó entre un 16 y un 32% en varias posiciones en Francia 2019 respecto a Canadá 2015, señal de que el fútbol femenino ha evolucionado muy adecuadamente en el último lustro. Se corrieron más metros y más rápido. Las selecciones de Inglaterra y Estados Unidos fueron las que más metros recorrieron en 2019, con 6.975 y 6.795 metros respectivamente, y todas las posiciones cubrieron una distancia superior a Canadá 2015 en Francia 2019.
Pero a pesar de que la velocidad en el fútbol parece uno de los factores fundamentales a la hora de definir partidos y formar buenos equipos, si no va acompañada de otras características, de poco sirve. Como casi todo en la vida, el éxito está en un equilibrio que, en el fútbol, debe de ser un combo de técnica, velocidad, resistencia, talento, fuerza y destreza. La velocidad por sí misma no nos hará ganar partidos. Hay que sumar más cosas y España las tiene. Por eso en el partido contra Zambia, España parte claramente como favorita: tenemos técnica, tácticas a nivel grupal, jugadoras de altísima calidad, cabeza y capacidad de lucha y persistencia. Ese es un cóctel sin duda ganador que hace pensar que la velocidad de Barbara Banda y Rachel Koundananji no será suficiente para ganar el partido. Pero cuidado: fútbol es fútbol, confiarse es lo peor, y está claro que lo impredecible también es posible.
«No importa cuánto corres, sólo hacia dónde y por qué». Zdenek Zeman, entrenador de fútbol.