Moción de censura contra inhabilitación

Porque aunque en la última asamblea de la Liga F, el vicepresidente Rubén Alcaine, apartado de sus funciones desde hace más de un año «por poner en riesgo reputacional a la compañía», preguntó a la presidenta, Beatriz Álvarez, si se estaba montando «una moción de censura para destituirle» (según los estatutos, la única manera por la que puede serlo) y esta lo negó, pocos días después se hizo público que 11 de los 16 clubes de primera división sí la habían presentado. La moción se votará en la próxima asamblea (25 de junio).

Y es ahora el acorralado, Rubén Alcaine, con la complicidad de los clubes que están totalmente en contra del día a día de La Liga F (léase Real Madrid y Real Sociedad) más el Deportivo, el Madrid C.F. y, depende del día, el Tenerife, el que se ha revuelto con un ruidoso contraataque: denuncia ante el CSD tanto a la presidenta de la Liga F como al CEO, Pablo Vilches, solicitando la inhabilitación de ambos por infracciones muy rotundas. A saber: vulneración grave y reiterada de los Estatutos, extralimitación de funciones, fraude de ley en la composición de la Asamblea, convocatoria ilegal de una moción de censura, bloqueo institucional al suprimir las funciones del vicepresidente y vulneración de integridad institucional.

No cuenta Alcaine entre sus partidarios con Pedro Malabia, el director estratégico de la Liga F, otrora su socio en la fundación de la Asociación de Clubes del Fútbol Femenino. El extrabajador de LaLiga, y aún hombre de Javier Tebas, se mantiene fiel a Beatriz. Todo apunta a que será el siguiente objetivo de Alcaine en este pleito. Y sobre todo el de uno de sus aliados, que ve por ahí una rendija por la que atacar a su verdadero contrincante. El Madrid empieza a verle una utilidad al fútbol femenino. Se avecina otro verano movidito.