Es fútbol y es femenino
De la mejor Liga femenina a una simple Liga de boliche
«Está gestionada (por decir algo) por unos dirigentes más preocupados por mantener su sillón y sus desproporcionados salarios que por trabajar en beneficio y consolidar el proyecto»
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Confusión, desorden organizativo, enredo, desconcierto, aturdimiento… Todas estas palabras podrían ser sinónimo del caos que reinó en la penúltima jornada de La Liga F. A pesar de que los horarios estaban unificados, el retraso de la presencia de la ambulancia (se repite la historia) en ... el partido entre el Athletic y Espanyol, entre otras cosas, provocó que, al parecer, «por falta de comunicación» unos partidos empezaran en hora y otros se vieran obligados a empezar más tarde, esperando a que el vehículo sanitario estuviera presente. Un esperpento lamentable que intentaron arreglar con la decisión de sincronizar los horarios llegada la segunda parte, con lo que hubo equipos (los que empezaron a su hora, las 12.00h) que estuvieron parados más de media hora en el descanso.
Esta situación, que a algunos puede sorprender, no es sino el reflejo de lo que hoy es la Liga F: desorden interno con una batalla 'fratricida' entre sus dirigentes, los que mientras duró la Asociación de Clubes (germen de la Liga F) se consideraban «hermanos». La realidad es que ahora son enemigos acérrimos y parece que irreconciliables. Tienen una situación económica límite, imagen totalmente deteriorada, nula notoriedad, a no ser por casos como los de 'las ambulancias', registran menos asistencia a los estadios, tienen menos audiencia televisiva y, sobre todo, dejan entrever una encarnizada lucha de intereses. La Liga está gestionada (por decir algo) por unos dirigentes más preocupados por mantener su sillón y sus desproporcionados salarios que por trabajar en beneficio y consolidar el proyecto.
Cómo será la falta de credibilidad que tienen muchos clubes en el producto que, yendo a lo meramente deportivo, los dos equipos que han descendido de categoría, Valencia y Betis, son los antiguos clubes que dirigían el director de Estrategia de La Liga F, Pedro Malabia (Valencia) y el que fue director general, Pablo Vilches, que antes de este puesto estaba al mando del Betis. Desde mi punto de vista, estos dos equipos descienden, entre otras cosas, por falta de inversión, de interés, por falta de estructura y porque sus consejos de administración ya no se creen el discurso de 'Los Picapiedra' (Pedro y Pablo), como se les conoce en muchos foros del fútbol femenino.
Ellos son los que realmente dirigen La Liga F, ya que Beatriz Álvarez cada vez se va haciendo más pequeña en su puesto, porque el poder lo ostentan, ampliando día a día su cuota, los mencionados Pedro y Pablo. Tampoco se lo creen el Real Madrid o la Real Sociedad, clubes que, por otra parte, ni entienden ni comparten las decisiones que se toman en la exclusiva calle Fortuny de Madrid, lujosa sede de la Liga F, porque, eso sí, por falta de oficinas premiun no va a ser… ¿Para qué vamos a optimizar recursos, verdad? Nos instalamos en uno de los sitios más caros de Madrid, aprovechando la subvención del CSD, que es dinero de todos, y listo. En el CSD también empieza a haber dudas en torno a la justificación de las cuentas mandadas desde La Liga F. Hay muchos clubes, sobre todo los independientes, que se temen lo peor.
Ateniéndonos sólo a lo deportivo, la Liga F ha sido muy previsible, y la emoción ha brillado por su ausencia. Los cuatro primeros puestos estaban más que cantados, tal como escribí a principio de temporada, y por nombre, que no por previsible, los descensos de Betis y Valencia eran crónicas de una muerte anunciada. Llaman la atención los ascensos de dos equipos independientes (sin equipos masculinos en la Liga): el Alhama, que lo ha conseguido de forma directa quedando en primera posición, a quien acompañarán el Dux Logroño o el Cáceres, a falta de que se decida en un play off aún pendiente hasta dentro de unas dos semanas.
Y llegará el verano, y como las aves migratorias que cruzan España en busca de un clima más benigno, veremos la desbandada de jugadoras hacia el extranjero, hacia equipos más convenientes y hacia una liga que las cuide mejor y donde puedan jugar en mejores condiciones. Los clubes españoles no pueden retener el talento, sencillamente, porque no pueden pagar lo que les pagan fuera. La temporada que viene se acaba la subvención del CSD y tendremos que esperar a leer la 'letra pequeña' del acuerdo con un nuevo patrocinador, para ver si los ingresos de La Liga F se incrementan o definitivamente se dilapidan.
La creación de la Liga F como competición profesional supuso fue un paso histórico para el fútbol femenino en España. Sin embargo, la realidad de su gestión está dejando mucho que desear. El simple cambio de nombre o estatus legal no basta para garantizar el desarrollo pleno de una competición. La falta de visión, planificación y compromiso real, ha convertido lo que debía ser la mejor Liga femenina de fútbol en una 'liga de boliche', como las de los famoso dibujos animados Los Picapiedra.
Felicidades al Barça por su nuevo título de Liga.
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