Es fútbol y es femenino

Liga F de 'fiasco, fuga y fracaso'

«Si de verdad se quiere consolidar un campeonato competitivo y referente, hace falta un plan urgente que garantice estabilidad financiera, difusión mediática y condiciones dignas»

La Liga femenina, ruina televisiva

Real Madrid - Barcelona de la última Liga F EFE

«Se van jugadoras y vienen otras de ligas importantes. Queremos centrarnos y seguir dando pasos necesarios para ser la mejor liga del mundo». Así de ambiciosa se mostraba el pasado año Beatriz Álvarez, presidenta de La Liga, respondiendo a la desbandada de futbolistas del ... campeonato español. Cierto es que llegó una jugadora procedente de una gran liga, Eva Pajor, y eso parece que le bastó para callar bocas y vendernos una burra, la de Liga F, que parece que no anda a la velocidad deseada.

¿Y este año? Pues la realidad es que se han seguido marchando jugadoras (Rolfo, Engen, Ajibade, Pamela González…), y no ha venido ninguna: ni de una gran liga ni de una pequeña. A fecha de hoy, no tenemos ninguna jugadora nueva que sea referente a nivel mundial (con la excepción de Laia Alexandri, que vuelve a su casa, el FC Barcelona, tras años en Inglaterra). Pero lo más preocupante es que este verano, a la desbandada de futbolistas consolidadas, se ha sumado la fuga de jugadoras jóvenes que han dominado el fútbol europeo y mundial en categorías inferiores con la selección española. Léanse los casos de Cristina Libran (Juventus), Carla Camacho (Brighton), Paula Partido, Elena Lete y Jana Fernández (London City), Daniela Arques (Sporting de Lisboa), Martina (Everton), Bruna Villamala (América de México)...

Talento joven, sobradamente preparado, que vendría a fortalecer y dar empaque a la Liga F, pero que también abandona el campeonato español a las primeras de cambio. ¿Por qué se van? Evidente: se marchan porque en sus equipos, sorprendentemente, no tienen oportunidades ni se valora su calidad. Muy al contrario de lo que pasa fuera de nuestras fronteras, en el extranjero son jugadoras muy cotizadas. Y, desde luego, no hay que obviarlo en absoluto, también se van porque aquí los clubes no pueden pagar lo que les pagan fuera.

Al hecho de que se vayan las mejores jóvenes se suman otros factores: la desbandada de jugadoras de más edad que buscan también un salario acorde a su calidad, la ruina de la televisión, el descenso en las asistencias a los estadios y la falta de patrocinadores. El resultado de esta tormenta perfecta es que los equipos, deportivamente, cada vez están peor, algo que hemos podido constatar en los partidos de pretemporada. El Atlético de Madrid ha perdido en sus dos enfrentamientos con rivales italianos y ha empatado con el Benfica portugués. Al Real Madrid, el Bayern de Múnich le pasó por encima con un contundente 4-1, y el Barça no ha sido esa máquina arrolladora que se esperaba en su gira por México.

Para intentar entender lo inentendible desde el punto de vista económico basta centrarse en un par de datos. El primero pasaría por explicar en qué se han despilfarrado los cerca de 40 millones de dinero público de los que ha dispuesto La Liga F para el fomento y la consolidación del proyecto. El segundo (siendo Beatriz Álvarez tanto presidenta de La Liga F como vicepresidenta de la Real Federación Española de Fútbol), requiere aclarar por qué los clubes todavía no han cobrado el dinero del convenio de colaboración entre la RFEF y La Liga F, correspondiente a la temporada 2024-25. ¿Por qué la Federación se lo quiere pagar a los clubes y no utiliza la Liga F como pasarela de pago? Si además sumamos que el presidente de la RFEF ha manifestado en diversas ocasiones que la partida pendiente de pagar no es lo negociado ni lo acordado, la bola aún se hace mayor.

La Liga F atraviesa una encrucijada que amenaza su presente y compromete su futuro. Sin visibilidad, no hay ingresos; sin ingresos, no hay proyectos sostenibles; y sin proyectos, el talento se escapa en busca de un futuro mejor. El crecimiento logrado en los últimos años, impulsado por la profesionalización y el éxito internacional de nuestras jugadoras, no puede diluirse por falta de planificación y de compromiso institucional. Si de verdad se quiere consolidar una liga competitiva y referente, hace falta un plan urgente que garantice estabilidad financiera, difusión mediática y condiciones dignas. De lo contrario, la Liga F corre el riesgo de convertirse en una cantera para las grandes ligas europeas, dejando escapar la oportunidad histórica de ser un motor del deporte femenino en España y un referente para la historia.

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