Lewandowski, un feo retrato de arrogancia

Negaba Xavi una crisis, pero ni el juego convence ni los resultados son los esperados. Se impacienta la grada y lo nota el equipo, que acumula tensión y nerviosismo en el momento en el que la paciencia y las oportunidades se han agotado. El desplante de Lewandowski a Lamine Yamal este pasado domingo certifica el desasosiego en el que vive instalada la plantilla.

El delantero polaco, protagonista ante los babazorros con sus dos goles, le afeó ostensiblemente al canterano que decidiera finalizar una jugada en lugar de asistirle cuando se encontraba solo en el punto de penalti. «¡Al segundo palo!», bramó enfurecido con ostensibles gestos de enfado, imágenes captadas por el programa 'Deporte Plus+' de Movistar+. La situación dejó de ser una anécdota cuando el extremo, de 16 años, pasó por delante de Lewandowski y le ofreció la mano. El polaco le negó el saludo de forma descarada ante la incomprensión del canterano. Inmediatamente, las redes sociales se llenaron de comentarios censurando la actitud del veterano delantero que, además, había osado a ningunear a la perla de la cantera, al futbolista sobre el que el barcelonismo pretende edificar su futuro glorioso y que representa el ADN formador de La Masía.

Fuentes del vestuario han explicado a ABC que ambos futbolistas se sorprendieron de la magnitud que había alcanzado el gesto de Lewandowski y que el polaco mantuvo una conversación con Yamal al término del encuentro para justificarse y, al margen de insistir en la necesidad de conectar más sobre el césped, tratar que no le afectara. El delantero, incluso trató de aclarar el incidente públicamente. «Sinceramente, no hay mucho que comentar porque fue un accidente total, así que en lo que respecta a mi relación con él, le ayudé muchas veces y le di consejos, incluso en este partido. Es normal decir o gritar algo en el campo. Toda la situación es un accidente total y no tiene subtexto ni significado», comentó al ser interrogado al llegar a la concentración de su selección, que se juega su presencia en la Eurocopa ante la República Checa.

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Lewandowski ha bajado su rendimiento desde que compitió en el Mundial de Qatar y el Barcelona se ha resentido. Antes del partido ante el Alavés sumaba doce goles menos que el año pasado a las mismas altura de competición. El futbolista se refirió a ello tras reencontrarse con el gol. «En cuanto a mi condición física, me sentí bien ante el Alavés. Mi confianza en el campo también fue completamente diferente. Los objetivos siempre te dan tranquilidad y motivación. Sobre todo porque en los últimos partidos no he tenido muchas oportunidades, sin ellas es más difícil cambiar algo. Espero que ahora marque con regularidad y tenga oportunidades», explicó tras romper una sequía que duraba dos meses.

No obstante, el de Lewandowski es un gesto que retrata un mal momento. Tanto como la necesidad de buscar excusas para justificarse evitando la autocrítica. Xavi, habituado a disculpar los malos resultados por el estado de césped, la juventud de sus jugadores, las numerosas lesiones, las actuaciones arbitrales, la luz del día o la suerte, acusó a la prensa de lo que sucede en el campo. «Lo que dice la prensa afecta al equipo. Hay un nerviosismo exagerado en el entorno y eso les afecta. A mí no, pero a los jugadores sí. Yo ya les he dicho que de mí se dijo que era el cáncer del Barcelona... y aquí estoy, de entrenador», explicó el egarense tras la remontada ante el Alavés.

Unas declaraciones peligrosas que le han hecho perder la protección de la prensa afín al club catalán y que tratan de tapar las carencias de su proyecto desde que fue presentado hace dos años. Una debilidad en la que también incurrieron en su momento el Tata Martino, Quique Setién, Luis Enrique o Koeman poco antes de ser sustituidos.