Una lesión y cuatro enfados: el quebradero de cabeza de Flick a unos días de la final de Copa

Pese al importante golpe asestado a la Liga y de haberlo logrado tras ir perdiendo por 1-3, hasta cuatro jugadores azulgranas acabaron el partido visiblemente enfadados por los minutos que habían jugado ante el Celta de Vigo, bien por haber sido escasos según su criterio, bien por no haber dispuesto de ninguno.

El último en hacer patente su malestar fue Héctor Fort, que una vez finalizado el encuentro se marchó a los vestuarios cabizbajo y después de haber compartido con el técnico su decepción. Sucedió durante los abrazos que el alemán fue repartiendo a sus pupilos, tanto titulares como suplentes, según enfilaban el túnel de Montjuic. Al acercarse su jefe el lateral derecho hizo un gesto de desaprobación que desembocó en un tranquilo intercambio de pareceres entre ambos. En su ánimo seguramente estaba que en la Liga el alemán no le ha dado ni un minuto en los últimos seis partidos.

Fue el último gesto de contrariedad que trascendió de forma pública en el partido de este sábado, pero no el único. Los primeros en estallar contra las decisiones de su entrenador fueron Ferran Torres y Fermín López, que no escondieron su frustración al ser los sacrificados por Flick para dar entrada a Lamine Yamal y Dani Olmo cuando el partido estaba con un 1-3 en contra en el marcador.

De los dos Ferran fue el más expresivo, con un claro gesto de queja según se encaminaba al banquillo tras la sustitución, mientras que lo de Fermín fue algo más sutil, negando con la cabeza expresando su disconformidad una vez que ocupó su lugar entre los suplentes.

Seguramente el cambio y el resultado, tan negativo en ese momento, influyeron en ambas reacciones, pues al término del encuentro el propio atacante habló para los medios de comunicación y no tuvo ningún reparo en elogiar la reacción final de sus compañeros y se congratuló por la importante victoria, sin rastro alguno ya de su anterior rebote.

Pero de entre todos los gestos de los jugadores azulgranas que este sábado llamaron la atención sobre el césped de Montjuic el que más llamó la atención fue, sin duda, el de Ansu Fati. El delantero, criado en la cantera azulgrana y que tras varias lesiones lucha por volver al nivel que hace años lo colocó entre las grandes promesas del fútbol español, no encajó bien que Flick eligiese a otros compañeros para hacer los últimos cambios del choque.

Sin participación en la Liga desde el mes de noviembre, tras estar un rato calentando en la banda y constatar que una vez más no tendría minutos, terminó por estallar. Indignado, pateó la nevera portátil del equipo en su regreso al banquillo y arrojó el peto al suelo de mala manera.

Al Barça le quedan por delante seis jornadas de Liga, una eliminatoria de semifinales de Champions ante el Inter de Milán y la final copera ante el Real Madrid, pero tras hacerse patentes estos enfados su situación no resulta tan idílica como podía parecer. Al bajón de juego azulgrana en sus últimas citas, en las que se ha mostrado muy vulnerable, se suma cierta preocupación con estos enfados.

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Un problema añadido para Flick que, por si fuera poco, también tendrá que lidiar con la baja de Robert Lewandowski, el máximo goleador del equipo, lesionado ante el Celta. El delantero polaco, con una dolencia en el músculo semitendinoso de la pierna izquierda, estará lejos del césped unas tres semanas y se perderá partidos tan importantes como la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid o la ida de las semifinales de Champions ante el Inter.