Fútbol
Kubo, la sonrisa de la Real Sociedad
El futbolista japonés alegra el día a día en Zubieta con su sentido del humor y coge la bandera de líder tras la retirada de Silva. Hoy visita un Bernabéu que una vez fue su casa
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El verano pasado, como suele hacer cada futbolista que ficha por la Real Sociedad, Takefusa Kubo grabó un vídeo de presentación que remitió al grupo de WhatssApp del vestuario donostiarra. En ese vídeo, el jugador nipón habló en un tono muy serio y ... formal, en el que entre otras cosas contó que le gusta mucho pescar. Aquello provoca una ola de carcajadas entre sus nuevos compañeros, que sitúan el vídeo de Kubo en el segundo lugar de las mejores presentaciones privadas en la historia del primer equipo, después de la de Moyá, el ya exportero.
Las risas que provocó el japonés han sido una constante en estos catorce meses en Zubieta. Take es el jugador que más sonrisas provoca entre sus compañeros. Su sentido del humor es una de sus señas de identidad: «Cuando tengo un mal día y veo que entra al vestuario Kubo, me cambia el ánimo. Solo con mirarlo a la cara ya me entran ganas de reír», cuenta uno de sus compañeros de equipo.
Muy reservado con su vida privada y familiar, Kubo vive en una zona céntrica de San Sebastián junto con su madre y su hermano, Eiji, que juega de mediocentro en el equipo cadete de la Real Sociedad y apunta manera de crack. Le encanta pasear por la ciudad, donde recibe el cariño y el respeto de su afición, sabedora que a Takefusa le gusta vivir en un segundo plano. También prefiere no hablar mucho de su pasado en el Barcelona, en el que compartió generación con Ansu Fati y Eric García, y de aquella sanción de la FIFA al club catalán que le obligo a abandonar la entidad culé cuando aún era menor de edad. Nunca ha comprendido el por qué de esa regla que él considera injusta y cruel.
Nada más cumplir los 18 años, su aterrizaje en 2019 en el Madrid, rival esta noche de la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu (21.00 horas, Movistar LaLiga), le devolvió a la élite europea, aunque a cambio tuvo que hacer tres años de 'mili'. En el club blanco querían que la primera temporada jugara en el Castilla, donde su rol de extracomunitario no era inconveniente. Sí lo era en el primer equipo, donde entonces no Vinicius, Rodrygo y Militao ocupaban las tres plazas de 'extranjeros'.
La idea del club blanco chocaba con su deseo de jugar cedido en un equipo de Primera, y así acabó siendo. Mallorca, Villarreal, Getafe y otra vez Mallorca. Tres temporadas que le hicieron madurar física, técnica y personalmente en equipos con estilos de juego muy distintos y junto a entrenadores con hojas de ruta antagónicas. Aprendizaje, suplencias, tirones de oreja y momentos de lucimiento para hacer de Kubo el jugador determinante que es desde que aterrizara en San Sebastián, en julio del pasado año.
Si en las tres temporadas que estuvo cedido, Take sumó en total 8 goles y 10 asistencias, ya como jugador en propiedad de la Real, que pagó el pasado verano seis millones de euros por el 100% de los derechos del jugador, acumula un total de 12 dianas y 10 pase de gol. Nueve más nueve la pasada temporada y tres más una en los cuatro partidos que ha jugado este curso el equipo vasco. Números diferenciales que le convierten en el líder del equipo, una vez que Silva se vio obligado a retirarse tras su grave lesión de rodilla.
Además, su generoso trabajo defensivo, algo que aprendió de la mano de Bordalás, es otra de las exigencias que le impone Imanol, encantado con su impacto en el equipo, pero inconformista. Sabe que tiene en Kubo un jugador de dobles dígitos y no piensa parar hasta lograrlo: «Soy un jugador de la calle», suele decir el japonés.
Rechazo al fútbol árabe
Feliz con el mar que embellece San Sebastián, reconoce que es mucho más bonito Donostia que su Kawasaki natal, aunque también sea una ciudad costera. También confiesa que en su periplo de cesiones hubo opciones de recalar antes en la Real, pero no fue así y de ahí que tuviera dudas de cómo sería su acogida. Tardó poco en darse cuenta que la gente le adora y que está en un club cuyo estilo y propuesta de juego que hace mucho mejor a los futbolistas.
Por eso ni pestañeó, a diferencia de su agente que sí lo veía con buenos ojos, cuando recibió una suculenta propuesta de Arabia, del Al-Hilal, de 64 millones de euros netos por cuatro temporadas, cifras que multiplicaba por ocho su salario anual. Además, ofrecían a la Real Sociedad 40 millones por el traspaso, aunque la cláusula del japonés asciende a 60, pero tampoco el club donostiarra quiso desprenderse de él. Es sencillo de entender. El presente y el futuro de la Real para por Takefusa Kubo, el saca sonrisas de Zubieta.