El segundo palo
K.
«¿Volverá a merecerse Vinicius que le insulten por el color de su piel si se atreve a intentar un regate?»
El dedo de Vallecas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSi en lugar de haber nacido en Chequia lo hubiera hecho en España y si en vez de haberse inclinado por la ficción a Franz Kafka le hubiera entrado de repente el gusanillo del periodismo deportivo, hoy el checo sería considerado como un escritor costumbrista. ... Porque hay mucha menos ficción en la batalla que libra K. por acceder a ese misterioso castillo que gobierna el pueblo al que acaba de llegar para trabajar como agrimensor que en el hecho de ver a Joan Laporta, que cuadruplicó lo que facturaba el vicepresidente arbitral, hablando de adulteración de la Liga.
O, yéndonos hacia atrás en el tiempo, hay bastante más cordura por ejemplo en 'La madriguera', la historia de un roedor que trabaja incansablemente en la construcción de unos túneles que, según él, van a ser atacados por un enemigo externo que nunca da señales de vida, que cuando acusaron en Barcelona a Figo de ir a provocar al Camp Nou por querer lanzar un saque de esquina.
El otro día se supo que LaLiga iba a denunciar los cánticos racistas que sí se produjeron en Getafe contra Vinicius y, además, también pensaban iniciar una investigación a propósito de unos comentarios que habían aparecido en X acerca de un hipotético insulto de Bellingham a Greenwood. O sea, la patronal del fútbol poniendo al mismo nivel los gritos de «¡mono!» que sí se escucharon claramente contra un jugador y lo que Pepito, Manolito y Antoñito pudieran decir o dejar de decir a través de sus redes sociales sobre otro futbolista. Es más coherente la transformación de Gregorio Samsa en insecto que lo vivido a diario en el fútbol español.
Mientras K. llega por fin al castillo a Vinicius se le sigue llamando mono y negro de mierda. Si los concesionarios del Ku Klux Klan en España lo siguen haciendo es simplemente porque pueden, porque nadie lo impide y también porque desde ciertos cenáculos se justifica que ese deportista en concreto siga siendo agredido impunemente.
A Vinicius le llamaron mono en Mestalla y hay quien ahora ha marcado en rojo el 2 de marzo porque el brasileño regresa a Valencia. Ese tic-tac conlleva en apariencia un intento por demostrar la ejemplaridad de la que un sector de la afición careció absolutamente en su día pero yo, qué quieren que les diga, no me fío. Demasiados pájaros disparando contra las escopetas. ¿Volverá a merecerse Vinicius que le insulten por el color de su piel si se atreve a intentar un regate?
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete