El segundo palo

Big Daddy

«Vinicius se nos ha revelado como un hombre de carácter indomable que acaba de ponernos a todos de cara a la pared»

Como eres negro y estás llorando

Pancarta en favor de Vinicius el miércoles en el Bernabéu Efe

Arde el ninot de Vinicius y, al calorcito de las brasas, los maestros falleros del pero hacen su agosto: «Le han llamado mono, sí, pero…» Y, con el racismo no hay peros ni peras que valgan ni existe tampoco matiz alguno, que es para ... lo que sirve esa conjunción adversativa, o se está contra él o no se está. Fue por cosas así que la eligieron hace poco como la palabra más fea del mundo, porque distrae la atención de lo esencial y a veces justifica comportamientos abyectos: Vale, a Vinicius le llaman mono hijo de puta, pero, ¿por qué no se lo llaman también a Tchouameni, que es aún más negro?

Oigo estas patochadas y me viene a la cabeza el 'Big Daddy' de 'Django desencadenado'. Es como si el supremacista de provincias sugiriera desde el porche de su plantación de algodón que, mientras que a Rudiger se le puede soltar la correa por el campo, a Vinicius conviene atarlo en corto, no vaya a ser que le pegue un mordisco a Miss Lara Lee durante su paseo matutino por la Malvarrosa.

Y hablando de mordiscos. Con su gesto del otro día en Mestalla señalando a ese fan del Ku Klux Klan, Vinicius, que debutó en el fútbol español recibiendo uno en la cabeza, acaba de pegarle otro bocado, y bien gordo, al sueño húmedo de Rubiales de organizar aquí un Mundial. Debe ser por eso que, y quién sabe si para celebrar también el Día de la tortuga, el ministerio del Interior capturó de repente a unos ultras del Atleti por colgar de un puente hace cuatro meses (¡cuatro!) un muñeco de Vinicius, el Comité Técnico de Árbitros jubiló a seis de una tacada y Competición dejó sin efecto la expulsión del delantero del Madrid: están fingiendo el orgasmo, como Apolonia Lapiedra.

Hasta el Cristo Redentor se apagó en honor de Vinicius. Su vídeo de los insultos racistas a Roberto Carlos de hace 30 años que deja a Guardiola con el tafanario al aire lleva ya no sé cuántos millones de visitas. El pobre Vini, el chico de los memes, el futbolista al que era lícito golpear en Segunda B porque había costado 45 millones, ese mismo Vinicius se nos ha revelado como un hombre de carácter indomable que acaba de ponernos a todos de cara a la pared.

El otro día, en El Primer Palo, le aconsejé que se fuera por su bien. Hoy, aquí, en el Segundo, le exijo que siga señalando con el dedo a los fariseos del pero, sepulcros blanqueados. Eso y, por supuesto, que continúe bailando. Aunque saque de sus casillas a 'Big Daddy'.

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