CROMOS DE NIETO / RECUERDOS DE LIGA
Raúl Tamudo: fiel mitología
Es tan del Espanyol como las conserveras Dani
Iván Zamorano o el pundonor
Sorteo Copa del Rey: cruces, partidos y rivales del Real Madrid, Barcelona, Atlético y resto de equipos en el cuadro de dieciseisavos
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónRaúl Tamudo levantó Sarriá, levantó el Estadio Olímpico de Barcelona (no lo llamaré Companys por respeto al deporte), y levantó al campo de Cornellá-El Prat, el que anda entre lindes urbanas y que ya es, sí, la casa del R.CD ... Espanyol a cuya afición la historia le ha hecho ser un pueblo errante.
En la vida hay cambios, pero hay a quienes le late un corazón que enfila el juego con una doble visión: la primera al paño de red, la segunda al fondo que idolatra en una relación simbiótica. Tamudo es tan patrimonio como la publicidad de la conservera Dani.
Pensar en el Espanyol es pensar en él, el 'tamudazo' en el Camp Nou. Digamos que Raúl Tamudo, con cifras de infarto en la Liga, era el que obraba milagros con una sonrisa juvenil que aún hoy mantiene. Pese a todo. Pese a la rodilla hecha unos zorros, Tamudo llevaba al campo catalán el constitucionalismo en el fútbol, que en el otro equipo de su ciudad, también la nuestra, un brasileño besaba, engañado, la estelada después de tres noches sin dormir tras el gol.
Aunque lo que aquí importa es el zapatazo de Tamudo, seco, efectivo, el llevar un equipo a su espalda y esa lesión en la rodilla que lo ha metido, ya retirado, en el mundo fascinante del ciclismo 'indoor'. Es Tamudo un héroe que en la Selección tuvo malas llamadas, aunque lo dio, cuando pudo, todo por España. En su recital de goles, en su pundonor, estaba una rodilla que era el punto flaco del héroe. En la memoria de los aficionados, el fatídico año del 2000, cuando se le quiso vender, con la contrariedad de Tamudo y del público, al Rangers de Glasgow.
El reconocimiento médico lo descartó y fue, con todo lo paradójico, un momento luminoso. Su madre lloró de emoción porque Tamudo es un sustento moral de los españolistas, no un mero elemento de compra y venta. Tuvo una época feliz en la Real Sociedad, cuyo cromatismo casi le traía recuerdos de su casa. Después al Pachuca mexicano, donde no cuajó. Se le recuerda como se recuerda al mítico Rafael Marañón. Su fidelidad escasea en este fútbol desmadrado.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete