Eto'o, en el nombre del Sabio

Eto'o llegó a Mallorca, no en el puente de la canción de Los Mismos, sino en avión procedente de un Real Madrid que no sabía la joya que había traspasado. No llegaba Eto'o ni a la veintena, y le podían los ímpetus. Hay que retrotraerse a un partido, un 3 de diciembre del 2000 en la Romareda. Luis Aragonés, el Sabio de Hortaleza, saca del campo al camerunés, una declaración de guerra entre dos caracteres: «Siempre cambias a los mismos», salió de boca del jugador; las malas lenguas sostienen que acompañado de un «viejo». La siguiente escena es la de Eto'o zarandeado por su técnico. Bronca terrible a la que Eto'o, preguntado después si es motivo para dejar el club, diría que no, aunque si pudiese hubiese dado «un cabezazo a la testa de Aragonés». Ay.

Qué espectáculo para la cara B del fútbol. Y qué forma de una herida abierta que se cerraría de la manera más bella. Fue pasando el tiempo, alguna suplencia, pero ya nuestro protagonista se llevaba los parabienes de Son Moix. Su lógica internacionalidad con Camerún... Luis se va a ascender a su Atleti, y en 2003, cuando el club rojiblanco prescinde de sus servicios, vuelve a Mallorca animado amorosamente por Eto'o.

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Ese año, el conjunto estelar llega a los octavos de la UEFA y la prensa tiene ya el relato del padre y el hijo. Porque Aragonés fue fundamental para que Eto'o dejase el Mallorca y diera su mejor versión fichando por el Fútbol Club Barcelona y entrara en la nómina, ya sí, de los inmortales.

Ahí ya en 254 partidos marcó en 154 goles y levantó dos 'orejonas' o tres ligas. Hace unos años el Mallorca le dedicó un mural en Son Moix. Se vio a Samuel emocionado. Su palmarés es envidiable y su hijo Etienne apunta maneras. Cuestión de padres.