Indignación del Bayern en el Bernabéu: «Es una vergüenza»

En ningún caso, sin embargo, se puede hablar de gol anulado ya que el asistente levantaba el banderín por fuera y el árbitro lo pitaba antes de que el balón rematado por De Ligt acabara en la red.

«Si es fuera de juego o no yo no lo sé, pero tienes que revisarlo después. Si no llegas a revisarlo, ¿cómo puedes saberlo? El segundo gol de Joselu también es casi fuera de juego. Y si hubiese pitado, la jugada hubiese quedado anulada. Ahí está la diferencia. Es una vergüenza», se ha lamentado en Movistar Plus+ el neerlandés De Ligt, el autor del tanto que podía haber supuesto el 2-2 y que hubiera llevado el partido a la prórroga, en referencia al segundo del Real Madrid. En esa acción, el linier levantaba el banderín al entender que el delantero español estaba en posición antirreglamentaria antes de enviar el balón a la red, pero Marciniak dejaba seguir jugando y el balón acababa en la portería de Neuer. Posteriormente anulaba el tanto, aunque era corregido por el VAR y el conjunto blanco acababa celebrando ese tanto, el 2-1.

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Thomas Tuchel, técnico del Bayern, también se ha quejado amargamente de esa acción durante su rueda de prensa al término del encuentro, en la que no se mordía la lengua. «Es bastante claro y no puede haber duda de que va contra cualquier norma del fútbol moderno lo que ha pasado. Primero ha sido un gran error por parte del juez de línea, con Davies lo hizo antes, es una sensación rara», decía el alemán. «Hay que tener huevos para levantar la bandera, es un error importante porque el árbitro tiene la posibilidad de no pitar cuando hemos ganado el rebote y decide pitar. Va contra cualquier norma, lo aceptamos, hemos perdido, pero esto no habría pasado al revés», aseveraba el técnico. «Es impropio en el fútbol moderno», añadía.

De Ligt desvelaba que al término del partido había hablado con el linier que levantaba el banderín propiciando que la jugada quedase anulada antes de que él marcase. «Me ha dicho 'lo siento, he cometido un error'», indicó el defensa neerlandés sobre su conversación con el asistente de Marciniak, que tras el pitido final abandonaba con rápidez el césped.

El Real Madrid jugará el próximo 1 de junio la final de la Champions en el estadio de Wembley ante el Borussia Dortmund,