Golpe de autoridad del City en el Emirates: asalta Londres y se come la ventaja del Arsenal

Golpeó primero el City, que acechaba todos los balones que trataba de jugar el Arsenal. Tomiyasu, muy presionado, empeñado en jugar el balón, decidió retrasarlo a su portero pero no vio a De Bruyne que, agazapado, esperaba como un depredador el despiste de su presa. El talentoso centrocampista belga cazó el balón, encaró a Ramsdale y se la pico por arriba. El campeón se reivindicaba y se upaba al liderato momentáneo con un gol que enmudecía el Emirates Stadium.

Lejos de acusar el golpe, los de Arteta apretaron en la presión e intensificaron su juego por las bandas. El propio Tomiyasu trató de enmendar su error pero disparó alto y Buyako Saka también pudo lograr el empate. Se alcanzaba el ecuador del partido cuando una jugada de Nketiah ponía en pie al Emirates. Superaba la salida de Ramsdale pero su balón cruzado los sacaba bajo palos Aké. Decepción efímera fagocitada por la decisión del árbitro de señalar penalti por el derribo del portero sobre el delantero. Se crecía Arteta en la banda pidiendo la segunda amarilla para Ramsdale, que había visto la primera por perder tiempo. Pocos árbitros están dotados de esa valentía para expulsar a un jugador en la primera parte. Buyako Saka no fallaba desde los once metros, haciendo caso al meta del City, que le pedía que le lanzase por su derecha mientras que luego decidió tirarse a la izquierda.

Expiró la primera parte, con la sensación de que el resultado era justo y que ambos equipos podrían haber anotado algún gol. No obstante, los gunners tenían la mosca detrás de la oreja: Haaland, que llevaba tres partidos sin marcar, seguía sin ver puerta, aunque había avisado en el primer acto. No obstante sacó a relucir todo su instinto asesino en la segunda parte. Primero al aprovechar una pérdida de Gabriel y montar un ataque relámpago. Asistió a Gundogan, que a su vez se la dio a Grealish para que batiera a Ramsdale (min 72). El noruego puso la puntilla diez minutos más tarde al cazar un pase de De Bruyne y fusilar al meta gunner cuando la defensa aún trataba de llegar al balón.

La diferencia aún pudo se mayor si el VAR no hubiera anulado por fuera de juego un penalti que el árbitro señaló por un derribo de Gabriel sobre Haaland. El vikingo estaba adelantado por unos centímetros y el vídeo anuló el castigo. Al final, justa victoria del City, que asalta Londres y le come la ventaja al equipo de Arteta. La Premier, más abierta que nunca.