Fútbol
Un gol tras 679 días y Pogba de mejor amigo: La sanación de Ansu Fati en Mónaco
Debutó este jueves con el Mónaco y marcó 679 días después de anotar su último gol, con el Brighton ante el Ajax. El delantero busca una segunda oportunidad para volver a ser el niño prodigio que maravilló al mundo
El Barça renueva a Ansu Fati hasta 2028 y lo cede acto seguido al Mónaco
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Iniciar sesiónEl estadio Jan Breydel fue el escenario escogido para el regreso de Ansu Fati, antaño niño prodigio del fútbol mundial, depredador de registros de precocidad e insaciable ante el gol. Ilusionante debut con el Mónaco a pesar de la apabullante derrota sufrida ante ... el Brujas (4-1) y una actuación de media hora que permite soñar a 'les Rouge et Blanc', como se conoce a la lujosa y elegante afición del club del Principado, a su entrenador Adi Hütter y, sobre todo, al empresario, inversionista y filántropo ruso Dmitri Rybolovlev, presidente del Mónaco desde que lo compró en 2011.
Fati llevaba sin jugar desde el pasado 3 de mayo, cuando participó en la victoria liguera del Barcelona en Valladolid (1-2). Desde entonces ni siquiera un minuto en un amistoso, lo que generó cierta inquietud en el entorno monegasco, que no pudo contar con el atacante durante los partidos de pretemporada ni en los cuatro primeros de la Ligue 1. Pero el destino suele ser magnánimo con los jugadores carismáticos, bendecidos con una insaciable voracidad, y clemente con aquellos que han descendido a los infiernos tras tocar el cielo, concediéndoles una segunda oportunidad. Y Fati la tuvo en uno de los mejores escaparates: la Champions League.
Respiró hondo cuando vio que Adi Hütter le llamaba mientras calentaba en la banda. Era el minuto 62 y el cartelón del cuarto árbitro señalaba el intercambio entre Fati y Folarin Bolagun con 3-0 en el marcador. Con el partido perdido, lo importante era que el ex del Barcelona comenzara a sentirse futbolista de nuevo. Seis años habían pasado desde que en la noche del 17 de septiembre de 2019, Ansu Fati se convirtiera en el jugador más joven de la historia Barcelona en debutar en Champions. Tenía 16 años y 321 días y el dorsal 31 a la espalda. Durante ese periodo de tiempo pasó de ser la gran promesa del fútbol mundial, el heredero de Messi, a buscar una nueva oportunidad, una reválida tras una corta carrera plagada de lesiones.
Alivio y desahogo con su balsámico gol en la prolongación tras 679 días de sequía (su último tanto había sido con el Brighton en casa del Ajax en la liguilla de la Europa League el 9 de noviembre de 2023). Tanto tiempo había pasado que no supo ni qué hacer cuando su zurdazo, tras un pase en corto de Takumi Minamino, batía a Nordin Jackers. Para el Mónaco era el gol del honor, para Fati el reencuentro con un viejo amor que le había abandonado hace casi dos años, aunque se mostró moderado en sus valoraciones: «Han sido los primeros minutos con esta camiseta. Es decepcionante porque perdimos, a pesar de todo hay que seguir adelante», comentó. Ni una sola referencia a su gol ni a la ilusión que ha generado entre la afición del Mónaco. Los elogios los puso su entrenador: «Progresará más. El objetivo es llevarlo al nivel de la Liga de Campeones. Su progreso es rápido y alentador».
Su reaparición también se celebra en las oficinas de Arístides Maillol, que espera que el futbolista se revalorice tras ampliar su vinculación este pasado verano un año más, hasta junio de 2028, con el claro objetivo, eso sí, de liberar 8 millones en el 'Fair Play' financiero y diferir su elevada ficha. El valor de Fati en el mercado, de 80 millones en 2021, se ha ido devaluando velozmente hasta los cinco en los que está tasado actualmente. De su rendimiento depende que el Mónaco haga efectiva la cláusula de compra pactada (11 millones de euros) después de aceptar la cesión pagando únicamente la mitad del salario del futbolista.
Es una oportunidad también para que el delantero regrese a la primera línea mediática por motivos meramente futbolísticos y deje de ser viral por su vida privada o por los escándalos que han trascendido últimamente y que son, más allá de su rendimiento, uno de los motivos por los que Hansi Flick le ha abierto la puerta de salida.
En Mónaco, en cambio, ha encontrado la paz y tranquilidad que necesitaba y disfruta de una vida tranquila y poco ostentosa. Alojado en una casa frente al Puerto de Mónaco saborea las vistas alejado de la presión mediática en un escenario en el que no llama la atención. Es el mismo edifico que ocupó Cesc Fábregas cuando jugaba en el Estadio Luis II, entre 2018 y 2022. «Es como un pueblo, vas a todos los sitios andando y te encuentras a la misma gente. Yo necesitaba eso en mi vida, un poco más de tranquilidad», explicaba entonces Cesc, palabras que podría suscribir Fati.
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Vive con uno de sus hermanos, que se encarga de que al futbolista no le falte de nada y que le filtra toda la información que debe llegarle para que solo pueda estar focalizado en el fútbol. «Lleva una vida muy centrada. Entrena por la mañana con el equipo y por la tarde lo hace con un preparador físico personal. El resto del tiempo lo suele pasar con Paul Pogba», explican fuentes cercanas al futbolista. Curiosamente, el centrocampista es el otro fichaje de campanillas del magnate ruso propietario del equipo y que tampoco ha podido jugar por problemas físicos. Ambos suelen almorzar juntos en los tranquilos restaurantes de Montecarlo y comparten el poco tiempo libre que les queda. «Ahora mismo es su mejor amigo, está atravesando el mismo proceso de aclimatación», añaden. Ambos se desplazan en tren y autobús.
Ansu suele recibir llamadas de sus amigos de Barcelona. Balde o Lamine Yamal son sus puntales cuando necesita desahogarse. Con el lateral se fue este verano de vacaciones a Estados Unidos, República Dominicana e Ibiza, y a la boda de Araujo en Montevideo. Con Yamal comparte origen (sus madres son de Guinea Ecuatorial la de Yamal y Guinea Bisau la de Ansu) y religión: ambos son musulmanes. «Lamine no aceptó el dorsal diez hasta que Ansu se fue. Antes hablaron y le pidió permiso», desvelan a este diario. Ansu Fati busca una segunda oportunidad y parece haberla encontrado. En su agenda, una fecha marcada en rojo: el 20 de enero, momento en el que visitará el Bernabéu con el himno de la Champions de fondo.
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