Fútbol
Futbolistas extranjeros, medio siglo de presencia en la Liga española
Las puertas del campeonato se abrieron para los jugadores foráneos en el verano de 1973, cuando aterrizaron ilustres como Cruyff, Netzer o Ayala, que acabaron convirtiéndose en leyendas de sus equipos
Nostalgia en el fútbol: La mítica Meyba regresa a los campos españoles

La llegada de extranjeros, en el verano de 1973, trajo una nueva ilusión a la Liga. El fútbol español tenía vetado el acceso de futbolistas foráneos desde el Mundial de 1962 (una disposición echó por tierra las tímidas aperturas de otra normativa anterior ... de 1953), aunque existía una excepción a la regla: los oriundos, jugadores nacionalizados o con antecedentes españoles. Un resquicio legal que acabaría derivando en los 'falsos oriundos' a través del fraude en la documentación. Este escenario cambió en mayo de 1973. Una nueva disposición de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes rompió con el pasado al autorizar a todos los clubes la adquisición de «dos jugadores no españoles, cualesquiera que sean su nacionalidad y condiciones». Aquel fue el verano de Cruyff, Sotil, Netzer, Mas, Ayala y Heredia, algunos de los primeros extranjeros que disputaron el campeonato. Se cumplen ahora 50 años de un desembarco que cambiaría el fútbol español.
Dieciséis de los 18 clubes que abrieron la Liga 1973-74 firmaron talento extranjero, todos menos la Real Sociedad y el Athletic. El 13 de junio se confirmaba el fichaje de Netzer por el Real Madrid. Doce días después, el alemán procedente del Borussia Monchengladbach aterrizaba en la capital ante una expectación inusitada. «La peseta, en materia de traspasos, es más poderosa que el marco alemán», se podía leer en los rotativos deportivos. Llegó sin hablar ni una palabra de español, vestido de negro, con unos zapatos del 46 y ¡con melenas! ('pelilargo' lo definió el cronista de ABC). «No es importante que un jugador tenga el pelo largo o corto, sino su rendimiento en el campo», dijo su intérprete. Aquel día, Netzer se enfundaba ante los fotógrafos la camiseta con el número 10, que era el dorsal de Velázquez. Ya estaba liada…
El 3 de julio, la prensa informaba, con cierta sorpresa, del fichaje del segundo extranjero madridista: Óscar Mas. Un delantero de 27 años y 35 veces internacional que venía como máximo artillero argentino, de River Plate (169 goles en 304 partidos).
La plantilla blanca se presentaba el 16 de julio, con una enorme ovación del público al presidente Bernabéu. El estreno del nuevo Real Madrid, con una gran entrada en Chamartín y el foco puesto en los extranjeros, fue ante River Plate (3-1). Netzer mostraba una elegancia sin igual; de vigorosa zancada, capaz de poner un balón al otro lado de la cancha con un desplazamiento exquisito de precisión; mejor jugador alemán en 1972, la crítica dijo que sus mejores momentos como futbolista ya habían pasado, pero lo cierto es que las dos últimas temporadas de las tres como madridista fueron de un alto nivel, con dos Ligas conquistadas.
Óscar Mas solo vistió de blanco aquel curso 1973-74, a pesar de que, en su debut, el propio futbolista se definía como habilidoso y chutador. Se marchó tras marcar once goles, siendo el máximo realizador del equipo, pero quedó señalado por el fracaso en el campeonato (el Madrid acabó octavo en la clasificación).
Batalla en los despachos
Con aquella autorización para que los extranjeros pudieran actuar en la Liga, el clásico del fútbol español adquiría una nueva dimensión y se trasladaba también a los despachos, donde los secretarios técnicos escrutaban el mercado, especialmente suramericano. Agustín Montal, presidente del Barcelona, hacía esfuerzos por traerse a Johan Cruyff, estrella del Ajax. «Está muy ilusionado», declaraba su suegro, mánager del futbolista, ante los medios. El 2 de agosto los periódicos hablaban de la ruptura de negociaciones por Cruyff porque su club había pedido 170 millones de pesetas, pero el día 19 ya se empezaba a especular con que jugaría el trofeo Joan Gamper (terminaría costando alrededor de 120 millones). El magnífico futbolista holandés llegó con problemas federativos que le impidieron debutar en la Liga hasta la octava jornada, ya a finales de octubre. También Ayala tuvo que esperar hasta la séptima jornada para estrenarse con el Atlético de Madrid.



Sin maletas. Los argentinos Ratón Ayala y Cacho Heredia, unos melenudos despreocupados, aterrizaron en Madrid en los primeros días de julio acompañados por Salvador Santos, directivo del Atlético. «Mi novia ha puesto velas a la Virgen para que el fichaje se realizase», explicaba Heredia.
Desde la infancia, habían compartido equipos y amistad en Buenos Aires, y ambos llegaron procedentes del San Lorenzo de Almagro, una operación conjunta que costó a los colchoneros 18 millones de pesetas. Ficharía también Panadero Díaz, que al pisar Madrid, el 1 de agosto, aclaraba: «Vengo como oriundo, no como extranjero; mi abuelo es de un pueblo de Lugo». Con su bigote inolvidable y a pierna cambiada, la velocidad de Ayala fue un puñal en el ataque; el '11' rojiblanco acabaría convirtiéndose en ídolo y leyenda en el Manzanares.
Cuántos de aquellos pioneros permanecen todavía en el recuerdo de los aficionados: el valencianista Salif Keita, que con 27 años firmó por cuatro temporadas, procedente del Marsella. Veloz, de enorme zancada, protegía de maravilla el balón y tenía gran destreza con ambas piernas. Aquella fue la época de los 'zaraguayos' del Zaragoza, extranjeros y oriundos, nombres como los de Ocampos, Soto, Blanco, Diarte y Arrúa.
También en Segunda
No solo en Primera división, aquella temporada también se incorporaron varios futbolistas extranjeros a clubes de Segunda: Olmedo y Mamelli en el Betis; Galleguillos en el Salamanca, Omar Rey en el Hércules, Amarillo en el Valladolid o Biri Biri y Espárrago en el Sevilla. Biri Biri, ídolo del Sánchez Pizjuán y natural de Gambia, fichó por los hispalenses el 28 de junio procedente del fútbol danés. Era tanta la urgencia por su llegada que la firma se realizó a toda prisa cuando aterrizó en Madrid. Los periódicos lo llamaban 'atleta' y, en su debut ante el Colo Colo, el 29 de agosto, el cronista de ABC lo calificó como «valiente, rápido, elástico, ágil y le pega al balón con los dos pies». Todos fueron algún día la ilusión de los últimos fichajes del álbum de cromos de 1973, el inicio de una larga colección de jugadores extranjeros en el fútbol español.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete