El último gol de Raúl como merengue

Con aquel gol hizo su séptimo en La Romareda (el estadio donde más goles ha marcado después del Bernabéu), que lo convierte en el máximo goleador de los Zaragoza-Real Madrid, por delante del magnífico Marcelino, con seis goles y de Puskas, con cinco. Cuatro dianas hicieron Wilson (tres de ellas en La Romareda y otra en Torrero), Poyet, Michel y García Castany (hizo un hat-trick en el 6-1 de la 74-75, tras haberse proclamado ya campeón el club de Chamartín).

Aquel Zaragoza fue subcampeón de Liga, entrenado por Carriega, y aquella goleada la protagonizaron Nieves en la puerta, Rico, González, el rojiblanco y legendario Ovejero, Blanco, Planas, García Castany, Arrúa, Rubial, Simarro y Diarte (el paraguayo, después de tres temporadas con los maños, estuvo otras tres en el Valencia, una en el Salamanca y tres también en el Betis). Y no jugaron titulares habituales como Irazusta en la portería, el internacional Violeta, que con 33 años se perdió sólo ocho partidos aquel año, o el argentino Soto.

La mejor racha zaragozista fue de 1961-65, con cuatro triunfos seguidos (y eso que en los cuatro el Real Madrid fue campeón). En uno de ellos, en 63-64, el Zaragoza ya ganaba 3-0 ¡a los 11 minutos! (venció 3-2). La mejor racha del Madrid está en los cinco triunfos de los años 86-91, con un 1-7 que ha quedado como el mejor registro madridista fuera de su estadio en la historia de la Liga. En el primero de esos años el Madrid cantó el alirón en La Romareda el año del play-off. Fue un 1-3 en la penúltima jornada de la 86-87 con dos goles de Butragueño y otro de Solana.

Será la cuarta vez que el Real Madrid visite La Romareda en una jornada 15 de Liga: en ninguna ha sido capaz de vencer, con un empate y dos derrotas, la primera de estas fue cerca de la Nochevieja de 1957 donde los entonces actuales campeones de Europa cayeron ante los locales por 3-1. La crónica de ABC alabó a los maños "con una línea defensiva enérgica, limpia y contundente… allí se demostró que esa condición del fútbol que se llama entusiasmo, combinado con corazón y el juvenil ímpetu, derrota la suave y pausada maestría y el perfecto dominio del balón". Aquel fue el primer Zaragoza-Madrid en el nuevo estadio de La Romareda, como bien recogió el enviado especial de ABC "pero volvamos, bien abrigados, al nuevo campo del Real Zaragoza".