El fútbol es cosa de madres: las jugadoras embarazadas ya están protegidas

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Son pasos que se dan en una dirección que cada vez coge más fuerza y más futbolistas. Defienden con hechos que la vida profesional y la maternidad no son dos vías excluyentes, aunque todavía quedan muchas dudas y ejemplos de que no todo está conquistado en este terreno. Hace cinco años, una encuesta de Fifpro realizada a unas 3.000 jugadoras señalaba que solo el 2% de las futbolistas eran madres; y que casi el 50% optaría por terminar la carrera deportiva para formar una familia. Entre las causas: bajos salarios y miedo ante las repercusiones dentro del equipo.

No fue hasta 2020 cuando la FIFA aprobó una serie de medidas que regulan las condiciones en las que debe tratarse el momento tan natural de que una futbolista se quede embarazada. Entre esas condiciones, 14 semanas de baja por maternidad como mínimo, con sueldo íntegro durante el embarazo y dos terceros en cuanto comience la baja, y prohibición, con amenaza de multa, de finalizar el contrato en este periodo y de cláusulas antiembarazo. Además, si el embarazo se produce durante el último año de contrato, la renovación es automática si la jugadora así lo desea. La reincorporación es inmediata, aunque se haya excedido el número de licencias.

Las dudas por la respuesta del club son reales. Kate Markgraf sufrió esa discriminación al verse fuera del equipo tres meses después de tener a sus mellizos. No hubo demanda en ese momento, pero sí la determinación de que no volviera a suceder. Como gerente general del equipo nacional femenino, se ha asegurado de que en todos los contratos de las jugadoras estadounidenses se incluyera una cláusula por la que no podrían despedirlas en caso de embarazo. Pero incluso con las normas ya por escrito, la pelea continúa. A principios de 2021, Sara Bjork Gunnarsdottir quedó embarazada y su club, el Olympique de Lyon, uno de los más prestigiosos de Europa y que nunca había contado con una madre en su vestuario, dejó de pagarle a los dos meses de su baja maternal. El club francés indicó que no estaba al corriente de la normativa y tuvo que reajustar las cuentas con la jugadora tras la denuncia de esta, ya en mayo de 2022.

Empiezan a ser casos aislados y se abre paso la naturalidad y el apoyo. «No habría podido recuperarme, regresar y sentirme bienvenida si no hubiera tenido los recursos y el apoyo que tuve. Al anunciar que estaba embarazada no fue 'esto es el fin', desaparezco, sino 'vale, ¿qué necesitas? ¿Cómo te ayudamos?», explicaba estos días Dunn, que fue madre en mayo de 2022. «Tenemos que romper el estigma y hacer normal que una mujer pueda perseguir ambos objetivos: ser madre y títulos como futbolista».

«Estoy muy agradecida a todas las mujeres que, antes que yo, lucharon por las mamás deportistas. Todavía es una especie de terreno inexplorado, así que todavía tratamos de derribar algunas barreras», explicó Alex Morgan, estrella de Estados Unidos y madre de Charlie, que está con ella en esta Copa del Mundo. Ha sido una de las abanderadas en demostrar al planeta que se podía ser futbolista y madre sin perjudicar ni al equipo ni a su rendimiento. Su mensaje llegó al amamantar a su bebé en el vestuario del Tottenham, seis meses después de dar a luz y cuando todavía el club inglés no contaba con las directrices obligatorias de conciliación y maternidad actuales.

Supone un extra de motivación saber que la vida deportiva no se para con dar a luz. Que no merma las capacidades de la futbolista sino que la impulsa para mejorar y volver lo antes posible. Julie Ertz, dos veces campeona del mundo, dio a luz en agosto y seis meses después volvía a los entrenamientos, con la selección sub-19 para entrar en calor y coger el tono físico que se había desequilibrado durante nueve meses. «No tenía idea de cuál era mi línea de tiempo. Con una lesión tienes unos plazos, pero en esta situación tu cuerpo cambia durante mucho tiempo», explicaba estos días. En abril firmó con Angel City y en mayo estaba lista para volar a Nueva Zelanda.

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Melanie Leupolz también tuvo dudas que se disiparon enseguida. La alemana le contó a su entrenadora del Chelsea su embarazo y lo ocultaron hasta el cuarto mes. Al decirlo al equipo, fiesta por todo lo alto. Dio a luz a finales de 2022 y ayer hizo todo lo posible, sin éxito, por ganar a Colombia para llevar a su selección a los octavos de final. «El viaje continúa», es su lema de vida. Como madre y futbolista. En Francia, Amel Majri apoyó a sus compañeras contra Brasil (2-1). A la salida, la sonrisa de Maryam, que acaba de cumplir un año, le dio más ánimos aún.

La jamaicana Konya Plummer, madre de un niño de un año, sentencia: «La razón por la que me exijo tanto para jugar al fútbol es porque quiero que mi hijo vea que su madre es una persona fuerte. Y que persigo lo que amo y lo que creo». Madres y futbolistas. Las dos cosas.