La evolución del rol de Lamine Yamal: de recibir broncas a darlas

Sin embargo, el Lamine Yamal -personal, fuera de lo futbolístico- de esta temporada no ha sido el mismo de la anterior. Sigue siendo menor de edad, pero el respeto que se ha ganado dentro del vestuario del Barça es palpable.

Más de uno se acordará de aquel enfado de hace un par de años entre Lewandowski y el de Mataró -casi que dio la vuelta al mundo-. Ese día de noviembre de 2023, ante el Alavés, el polaco le recriminó a Lamine que hubiese optado un par de veces por tirar en vez de centrársela a él, que aguardaba en el segundo palo. El español quiso arreglar el desencuentro rápido, pero el '9' culé no estaba por la labor.

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Salvador Sostres

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Es difícil creer que una situación similar a esa pudiera verse hoy, cuando Lamine decanta partidos incluso cuando parece que está desparecido y, en liga, ha dado más asistencias (13) que goles ha marcado (8), mientras el año anterior fue a la par (5). Esto, sumado a la tendencia del extremo culé de incidir definitivamente en partidos importantes, ha supuesto una evolución en su rol, dada la confianza ganada, también dentro del propio Barça. Quedó demostrado en el derbi de hace unas horas.

Lewandowski controló cerca de la frontal del área y tenía a Yamal solo en la derecha. El ariete polaco decidió tirar -fuera-, y esta vez, revirtiendo la situación de hace dos años, fue el catalán quien alzó los brazos y le recriminó a Robert que no le hubiese pasado el balón, puesto que estaba solo. Una acción representativa del cambio en el trato que algunas de las vacas más sagradas tienen con Yamal y viceversa.

Ayer el Barça se jugaba la Liga en el derbi ante el Espanyol, que llegó a poner contra las cuerdas al Barça, y, por enésima vez esta temporada, quien resolvió todo fue el astro de Rocafonda, que con un trallazo al palo largo puso el 1-0. Después forzó la expulsión de Cabrera y el partido terminó 2-0. La capacidad de Yamal de desbloquear partidos es pasmosa y protagoniza su creciente respeto en la plantilla de Flick.

Sin ir más lejos, en Champions el Inter se puso 2-0 en Montjuic en cosa de 20 minutos. Lamine se echó el equipo a la espalda, pidió el balón sin cese e incluso marcó. Esta gran actuación europea venía, además, precedida por un recital de asistencias ante el Madrid en la final de La Cartuja. Una para abrir la lata (gol de Pedri) y otra para empatar el partido (Ferran). Ejemplos de grandeza, de no temer a los grandes escenarios.

Se trata de un cambio de papel, y de ganar galones, lo cual, por la larga carrera que le queda al extremo, por ahora solo conforma un episodio en el crecimiento de una estrella dentro de un vestuario lleno de ellas. Y seguirá siendo menor de edad hasta el 13 de julio. Este año, Copa, Supercopa de España y Liga, que ya van dos, las mismas que consiguió en nueve años un tal Cristiano Ronaldo. Es para aplaudir.