Nico Williams: piedra, papel y peñazo

El primero que empleó el término acoso para definir lo que estaba pasando con el menor de los Williams fue el gran Jaime Ugarte mientras que la certera intervención de Edu Velasco en El Chiringuito sirvió también de improvisado termómetro del hartazgo del Ahtletic Club. En Bilbao bromean estos días con la posibilidad de que Uriarte acabe pagándole 60 millones a Laporta para que el Barça deje en paz de una vez por todas al chaval. Y hay periodistas que están más interesados en que Lamine y Nico jueguen a piedra, papel y tijera en el Camp Nou que en el éxito español en la Eurocopa. Eso sí, lo de ponerle Rick Astley a Williams desde que se levanta hasta que se acuesta no desestabiliza, no, qué va. Eso no, era lo de Lopetegui lo que desestabilizaba.

Nico me parece un jugadorazo. Como Yamal. Son unos críos y tienen ganas de jugar y de bailar porque entre los dos no suman 38 años y están en la edad de divertirse. Ahora bien, lo que no soporto es eso que Richard Dees bautizó brillantemente como el criterio fijo variable. Por lo mismo, o sea por bailar, a Vinicius, que también era un crío recién llegado a España, lo llamaron mono y hubo incluso quien lo justificó porque provocaba.

De los nuestros se dijo que eran muy simpáticos por hacerlo ante Georgia, del nacido fuera se afirmó que era un payaso. Eso tiene un nombre y empieza por x y termina por enofobia. Al menos tendremos claro a quién acusar de desestabilización si a la selección no le va bien en la Eurocopa, ¿verdad? Efectivamente, a Florentino Pérez y al Real Madrid.