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De cara / España-Alemania

El odio de Alemania

«Ese cabezazo inmortal de Merino, vestido de Maceda en la Eurocopa de Francia 84, de Torres en la de Austria y Suiza del 2008, de Puyol en el Mundial de Sudáfrica, que ya se recordará siempre»

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José Miguélez

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El árbitro alargó 114 minutos la carrera de Kroos (no se atrevió a amonestarle en dos entradas consecutivas impropias de su leyenda) y ya estuvo siempre por debajo de un partido enorme, inolvidable, de la selección española.

Entra en semifinales por la puerta grande tras ... una actuación infartante, que tuvo mucho de todo: una fase de juego atrevido y directo, el que marcan los atributos de los niños que pasan las vacaciones en Alemania; otra de cerrojo nocivo y cambios temerarios (quitarse de encima a los mejores para guardar el resultado se paga) que aprovecharon los germanos para hacer gala de su novelada relación con el último minuto, y una inesperada resurrección final (con ayuda arbitral: qué penalti le perdonó a Cucurella) que rompió con todos los tópicos del fútbol con ese cabezazo inmortal de Merino (vestido de Maceda en la Eurocopa de Francia 84, de Torres en la de Austria y Suiza del 2008, de Puyol en el Mundial de Sudáfrica), que ya se recordará siempre.

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