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Felices pero con el recuerdo de Maracaná presente

Justo cuando se cumplen dos años de la eliminación ante Chile, la selección trata de no descentrarse con los elogiosEl equipo se congratula de haberse reinventado tras Brasil y logrado recuperar un buen ambiente «que se perdió durante algún tiempo»

AFP
Rodrigo Errasti Mendiguren

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La gran mayoría de los jugadores no olvidan que hace dos años, el 18 de junio de 2014, vivieron seguramente su momento más complicado con la selección española. No sólo porque fuera la campeona más rápida en quedar eliminada en la historia de un torneo tras el humillante 1-5 ante Holanda en el Arena Forte Nova de Salvador y el 0-2 frente a Chile en Maracaná sino por todo lo que sufrió a la decepción. La España más gloriosa de la historia se terminó en el momento que Xabi Alonso dinamitó con unas declaraciones que abrieron viejas heridas desde los clásicos de 2011 el ambiente de un grupo que había logrado sueños casi inimaginables. «La cuota de hambre estaba agotada y no hemos sabido mantenerla. Hemos perdido solidez, empaque y saber estar. No hemos podido mantener esa hambre, ambición y convicción de ir a por el título. Las sensaciones no eran las de otros campeonatos. Mentalmente no estábamos preparados y físicamente hemos llegado justos», explicó el tolosano, que ya no tenía casi relación con unos compañeros que le acusaron en privado de buscar una coartada a su mal partido y allanar el camino a su renuncia. Algunos incluso, como Iniesta o Torres, le contradijeron en público, con indignación y sorpresa, en el mismo mítico estadio brasileño. «Eso es lo bonito de esta selección, el buen ambiente que por desgracia se perdió durante algún un tiempo pero que ahora está ya olvidado», recordaba Busquets hace unos días antes de medirse a Turquía.

 Del Bosque, en medio de aquel ambiente y sin tres hombres claves como Xavi, Alonso y Villa; cambió de plan. Olvidó el doble pivote y apostó por el 4-1-4-1 para terminar con los males que fagocitaron a La Roja: falta de verticalidad, de gol, velocidad y precisión en el remate por un exceso de preciosismo de una equipo con una clara incapacidad para transformar su enorme superioridad con la pelota. Se puso manos a la obra: completó la 'transición dulce' en la portería sentando a la leyenda Casillas por el talentoso De Gea, encontró una defensa tipo, colocó solo a Busquets como ancla con Iniesta y Silva como magos y la aparición de Nolito le permite jugar con un solo punta. Ya sea el joven Morata o el veterano Aduriz después de que su apuesta por Diego Costa, al que se encomendó remediar el problema del gol, no funcionase ni en el Mundial ni en los meses posteriores. «Lo más difícil en el fútbol es el gol, la terminación de una obra. Ante Turquía lo tuvimos. Queríamos un hombre para la banda y no nos hemos equivocado con Nolito. Necesitamos gente ahí y hemos traído a Pedro, a él, a Lucas Vázquez y tenemos a Silva en ese intermedio entre jugador por dentro y por fuera», apuntó Del Bosque el sábado a ATM.

 En este proceso ha hecho debutar a 28 jugadores desde aquella calurosa tarde en Río de Janeiro aunque sólo seis (Rico, San José, Nolito, Aduriz, Bellerín y Lucas) están en Francia. «La decepción de Brasil es evidente. No advertimos de lo que estaba por venir, no tuvimos ningún problema o síntomas de decaimiento en absoluto. Nos parecía que estaban entrenando de modo impecable. Luego llegó lo de Holanda y nos marcó para todo el Mundial. No podemos estar pensando todo el tiempo en aquello. No es sano agarrarse al pasado, a los recuerdos. Ni para lo bueno ni lo malo», recordaba en una entrevista a este medio Del Bosque.

 Lo mejor para luchar contra «el desapego» provocado por el recuerdo brasileño han sido los dos primeros triunfos en el torneo ante República Checa y Turquía. Con ellos se ha llenado de nuevo de ilusión a la afición española demasiado preocupada por polémicas relacionadas con los clubes. «Que se ha perdido de pasión, que hay un poco de desafecto de la gente puede ser pero hay mucha gente con la selección. En el fútbol cada día se renuevan las ilusiones. Es fundamental», recuerda un Del Bosque que poner en perspectiva el camino recorrido. «Los cuatro días entre los partidos de Chile y Australia, con el equipo eliminado, fueron una lección fantástica de lo que debe ser un equipo. Con una perspectiva muy mala, sin nada que hacer en un Mundial tuvieron un comportamiento fenomenal. En el terreno de juego ante Australia (3-0) y en otras situaciones. Quizá en otras épocas se hubiese generado un lío tremendo. Ese es el camino, en la derrota y en la victoria», señaló.

 Dos años después, España disfruta en la isla de Ré. Sus jugadores pasean en bicicleta los ratos libres que tienen dentro de su hotel de concentración, donde es más feliz que en Brasil, donde la selección pensó que viviría días de sol y gloria pero terminó rota y triste bajo la lluvia de Curitiba. «Sólo hemos jugado dos partidos, no hemos hecho nada aún», pidió Bruno, una de las apuestas del seleccionador. «Estos dos partidos nos han reforzado. Nos hace falta que no nos lo creamos y que sigamos en nuestra línea. El halago debilita, nos puede llegar a confundir y muchas veces inconscientemente», terminó por recordar Del Bosque, que medita el once ante Croacia con una consigna clara: «Lo primero que queremos es quedar primeros de grupo, porque el cruce seria más benigno».

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