El color maldito de España

España buscará el pleno en la fase de grupos vestido de blanco. La selección estrenará ante Croacia su segunda equipación en un partido oficial después de que el rojo de la principal les diera suerte en los partidos ante la República Checa y Turquía. La normativa UEFA manda, y España actuará de visitante en este último choque y la coincidencia de colores obligará a ambos equipos a salir con su segunda camiseta.

La selección recupera el blanco después de innovar en los últimos grandes torneos con el amarillo (2008), el azul marino (2010), el azul celeste (2012) y el negro (2014). El cambio, que se supone viene auspiciado por algún estudio mercadotécnico, ha provocado que lo más supersticiosos se echen a temblar, porque la selección española ha vivido algunas de sus peores pesadillas vestida de ese color.

En orden cronológico, la más reciente fue en el Mundial de Brasil. Allí, curiosamente, nunca debió existir una camiseta blanca. Pero España eligió como segunda equipación el negro, un tono oscuro poco diferenciable del rojo de la primera equipación. La FIFA no le permitió jugar con esa camiseta ante Holanda y Adidas, la marca que viste a la selección, tuvo que lanzar de urgencia esa tercera equipación de color blanco. El resultado ya se sabe, un 1-5 que supuso el peor inicio de la historia para un campeón vigente y el primer resbalón en la caída más dura que ha sufrido la selección en toda su historia. Fue aquel un partido horroroso de todos y cada uno de los integrantes del equipo, sobre todo de una defensa que hizo aguas ante los inspirados Van Persie y Robben.

Diez años antes, España se fue a casa antes de tiempo en la Eurocopa 2004 vistiendo también de blanco, color utilizado en el tercer partido de la fase de grupos. España llegaba al choque ante la anfitriona, Portugal, después de ganar por la mínima a Rusia en el primer encuentro y de empatar con Grecia en el segundo. El partido ante los lusos era decisivo, y se falló. Un gol de Nuno Gomes al inicio de la segunda mitad echó a la selección, dirigida entonces por Iñaki Sáez. Aquella eliminación resultó definitiva para que Luis Aragonés se convirtiera en el siguiente seleccionador.

Otra derrota trágica teñida de blanco fue la del Mundial de 1998 ante Nigeria, en Nantes. En el recuerdo de todos, el terrible error de Zubizarreta en el segundo tanto de los africanos, cuando metió el balón en su propia portería al intentar despejar un centro desde la izquierda de Lawal. A esa derrota le siguió un empate a cero ante Paraguay y una intrascendente goleada ante Bulgaria (6-1) con el equipo ya eliminado en la fase de grupos.

Y cuatro años antes aparece el precedente más antiguo de esta terrorífica serie. Fue en los cuartos de final del Mundial de Estados Unidos. Ninguna imagen como la de Luis Enrique sangrando por la nariz en la eliminación ante Italia refleja mejor lo que era la selección hasta el cambio de guión que se produjo en 2008. Allí también España iba de blanco.

La camiseta que lucirá mañana España se estrenó en un amistoso ante Italia el pasado mes de marzo. Pese a que la camiseta roja no encuentra rival entre los aficionados, sus originales triángulos amarillos y rojos la han convertido en un objeto de deseo para los aficionados. Muchos la han lucido ya con orgullo en los partidos de Toulouse y Niza.