Eurocopa

Unai Simón, el portero forjado en un frontón

De familia zamorana y carácter reservado, este estudiante de ADE fundió su frialdad tras la tanda ante Suiza

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Unai Simón tras recibir el premio al mejor jugador del encuentro ante Suiza AFP

Javier Asprón

Los que conocen bien a Unai Simón no se sorprendieron de la tranquilidad, frialdad más bien, que mostró en la tanda de penaltis ante Suiza. Tampoco de su eficacia para despejar los lanzamientos helvéticos. Lo que más les chocó fue su reacción final, su ... euforia desmedida tras la victoria y su forma de celebrarlo con sus compañeros. Es sabido que el portero de la selección española no es un hombre al que le guste expresar sus sentimientos dentro del terreno de juego. «Soy serio en mi trabajo, nada más», le gusta decir. Pero tan fuerte le resultó la experiencia que el pase a semifinales consiguió romper esa coraza. «Me pudo el momento, fue un subidón».

Simón tuvo su primer acercamiento a la pelota en el pequeño pueblo zamorano de San Marcial , de donde es su familia paterna. En los veranos acudía allí de vacaciones y se acostumbró a pegar balonazos al frontón de la plaza . También empezó a colocarse de portero en los partidos que se organizaban de forma espontánea entre los chavales y en los que intentaba emular a Buffon, su ídolo . Unos años antes su familia se había trasladado al País Vasco por trabajo y él nació ya en Murguía (Álava), de donde es originario también Mikel Landa . Los éxitos del ciclista fueron un aliciente para que Simón se interesara por el deporte, pero al contrario que su hermano, al que sí le gustaba coger la bicicleta, él prefería gastar su tiempo libre con el fútbol. Su primera ficha la tuvo en el Aurrera, pero su planta y sus cualidades pronto llamaron la atención de los captadores del Athletic . Entró en Lezama con 14 años, en categoría cadete, y no fue un cambio fácil. Unai tuvo que dejar su pueblo y trasladarse a vivir a Bilbao. Allí lo acogió en su casa un matrimonio que aún le sigue queriendo como a un hijo. El Athletic se hizo cargo de sus estudios en un colegio. El hoy portero titular de la selección española se matriculó después en Fisioterapia, pero pronto descubrió que no era lo suyo. Ahora estudia Administración y Dirección de Empresas.

En el Athletic fue quemando las etapas habituales y nunca perdió la consideración de sus entrenadores, pero tenía un gran problema. Por delante de él había tres porteros: Kepa, Herrerín y Remiro , que le superaban en estatus. Una gran generación de guardametas que amenazaba con frenar su progresión. Simón, que ya había debutado con la sub-21 y se veía capaz de todo, empezó a pensar en un futuro fuera del Athletic. Al poco de cumplir 21 años, y sin haber debutado aún con el primer equipo, aceptó una cesión al Elche . Ahí llegó la gran carambola que cambió su destino. En cuestión de horas Kepa fichó por el Chelsea y Herrerín se lesionó. Además, Remiro, con un acuerdo para irse gratis a la Real Sociedad, se negaba a renovar y fue castigado con la grada. Después de solo veinte días entrenando con el Elche, Josu Urrutia reclamó su regreso a Bilbao. « Puede haber un poco de suerte, porque es raro que se den todos esos factores. Pero una vez que ocurre hay que trabajar y pelear cada día para tener la posibilidad de jugar », explicaba el propio Simón sobre aquella situación al poco de debutar con España. Simón jugó los siete primeros partidos de aquella Liga, temporada 2018-19, y demostró a Gaizka Garitano que podía ser el portero titular del Athletic. Un año más tarde se hizo indispensable.

En la selección siguió un camino similar, saltando de golpe por delante de Kepa y De Gea, teóricamente por delante de él en su aterrizaje, que coincidió con el inicio de la segunda etapa de Luis Enrique. Permaneció dos concentraciones en el banquillo, pero a la tercera le llegó la oportunidad. Debutó en un amistoso ante Países Bajos, en noviembre, y convenció al seleccionador, que ya no ha vuelto a confiar en otro portero. En su estreno, el técnico le obligó a practicar la salida del balón jugando con los centrales. Le sacó de su zona de confort porque quería ver cómo respondía a la presión. Unai cumplió con creces. Tampoco se vino abajo el guardameta cuando falló con estrépito ante Kosovo el pasado marzo, en el partido de clasificación para el Mundial. Ni mucho menos tras el control fallido que costó el primer gol ante Croacia en octavos.

Simón, que prefiere la calma al bullicio, cumplió 24 años el pasado 11 de junio. Con su consolidación se da desarrollo a una de las tradiciones con mayor arraigo en la selección, pocas cosas más representativas que tener un guardameta vasco defendiendo la portería. En total, han pasado 16 por el combinado nacional desde el primer partido oficial, hace 101 años. De Zubizarreta a Eizaguirre , de Arconada a Cedrún , o de Iríbar a Kepa . Ahora es el turno de Unai Simón .

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