Fútbol / Mundial femenino
España pone buena cara al frío: de 40 grados a ocho
Nueva Zelanda y Australia 2023
De cómo España se preparó en Benidorm, pasando por Dinamarca, para aclimatarse al invierno de Oceanía
Resultados y clasificaciones
Alexia Putellas, la tercera mejor pagada del Mundial
Sorteo de la Copa del Rey hoy: horario, canal de televisión y dónde ver online los partidos de dieciseisavos de final
Palmerston
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSon las cinco y media de la tarde y noche cerrada en Palmerston North. La selección sale a entrenarse, las 23 futbolistas, sin problemas en estos días de competición. A los pocos segundos, una lluvia fina cala a las jugadoras, a los entrenadores, ... a la prensa desplazada a Nueva Zelanda. Los 15 grados durante el día bajan a ocho sin sol. Si el Mundial masculino se organizó en los meses menos calurosos de Qatar, el femenino se celebra en los más fríos de Australia.
Era imposible encontrar en el hemisferio norte un sitio con condiciones semejantes, pero sí hubo un plan para que la aclimatación fuera lo más progresiva posible. Por fases, la concentración de España pasó por Benidorm, 38 grados, Madrid, 40 grados, Avilés, 30 grados, y Dinamarca, 20 grados. Y aun así, el cambio ha sido brusco. En la semana que la selección pasó en Auckland, ya el termómetro a 13 grados, llovió todos los días. En el primer partido de la competición, el viernes contra Costa Rica, al frío y la lluvia se unió el viento, tan típico de Wellington, que es la ciudad del mundo con más días con más viento (170 al año con rachas de 60 kilómetros por hora; 72 días con rachas de 75). La imagen de este frío, los labios amoratados y la tiritona de Jennifer Hermoso a la salida del estadio Sky.
La diferencia no ha sido tan brusca en otras selecciones. Con sedes en Sídney, Melbourne, Brisbane, Adelaida, Perth, Hamilton y Wellington, hay diferencias en cuanto a temperaturas. Alemania, por ejemplo, que ya lleva de serie esos inviernos más duros en el centro de Europa que en el sur, disfruta de un tiempo más agradable, 20 grados, cielos azules y apenas una ligera brisa en su campamento de Wyong, a 100 kilómetros de Sídney. «El tiempo es estupendo, perfecto para jugar al fútbol», comentó la centrocampista Sydney Lohmann.
«No hay una fórmula mágica para pasar de 40 grados a 10; tener cuidado de no pasar de una corriente de calor a otra fría de forma brusca», indica a este diario Salvador Castillo, médico de la selección.
Porque el contraste influye en el rendimiento y en el físico. El cuerpo sufre, los músculos sufren, incluso la cabeza sufre. «El riesgo de esta diferencia es que tienen más facilidad de lesiones musculares o tendinosas. Puede haber más riesgo de lesión o rotura. Nunca se debe entrenar con la temperatura del cuerpo fría, por eso se hacen ejercicios previos para entrar en calor. El objetivo es tratar de minimizar esos riesgos», señala Castillo.
Se han dado directrices generales, pero también pautas individuales. Incluso a la hora de preparar las comidas y cenas de las jugadoras. «Hay alimentos que por su índice calórico están más recomendados cuando hace frío. Se tiene en cuenta cuando se hacen los menús de las internacionales».
También han tenido en cuenta el cambio en el huso horario: las cinco y media de la tarde en Palmerston, siete y media de la mañana en España. «Por eso vinimos con tiempo, para tener margen para adaptarnos para cuando llegase la hora de empezar a competir. El objetivo fue minimizar el jet lag con la luminoterapia, medias de comprensión y medicación para regular el sueño«, acota Castillo. Y ya todo está preparado.
La situación, no obstante, la ha aceptado la selección con mucha deportividad. Para Ivana Andrés y Athenea del Castillo el cambio, aunque notable, no ha sido para tanto, incluso ha sido para bien. «Es verdad que empezamos esta andadura en Benidorm, y hacía muchísimo calor. Pasamos por Avilés, que ya había un poco más de fresquito, y luego en Dinamarca que tuvimos casi casi la misma temperatura que aquí. Yo, personalmente, me esperaba que hiciera más frío. Entiendo que fuera se nota mucho, pero corriendo, no tanto; y prefiero esta temperatura para jugar que los cuarenta grados», señala Andrés.
Las rarezas de Athenea
«A mí llamadme rara, pero... a mí este tiempo me gusta. Quizá como soy de la zona norte (Solares, Cantabria) y esto es muy parecido, por eso me gusta. Para jugar al fútbol empiezas a correr y esta temperatura es perfecta. Es lo mejor para competir», corrobora Athenea. «Somos muy flexibles en este equipo, intentamos entrenar siempre con una sonrisa y dar lo mejor con independencia del tiempo que haga», prosigue Ivana. «Sí, aceptamos todo, viento, lluvia, nieve... Lo hemos llevado bien. Estamos listas para lo que venga», resume Del Castillo. En el Mundial de verano de 2023, puro invierno.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete