Ensayos con dudas: La debilidad defensiva de la selección empaña los debuts de Vivian, Remiro y Cubarsí

«Queríamos hacer algunas pruebas», anticipó el seleccionador Luis de la Fuente antes del encuentro. «Queríamos observar cómo era el comportamiento de los jugadores en situaciones que se pueden dar en el futuro. Los debuts no han sido caprichosos. Tienen un gran futuro y necesitamos que tengan esa oportunidad para cuando nos juguemos los puntos», matizó después del choque. Es decir, quería saber si los nuevos son canjeables por un ticket con destino a la Euro de Alemania.

Vivian cumplió la expectativa de sobriedad y eficacia que se le observa desde hace tiempo en el Athletic, hasta que el colombiano Luis Díaz destapó el tarro de esencias por la banda izquierda. El atacante del Liverpool descosió las costuras del plan B de la selección (Pedro Porro, Vivian), como antes lo había hecho Casierra en otra galopada que mostró la lentitud de Laporte en el repliegue.

Sin Carvajal como muro de contención por la derecha y con la alternativa del carril izquierdo abierta a la irrupción de Grimaldo, la defensa sigue mostrando goteras. «No nos gusta perder –expuso De la Fuente–. Les dimos opciones de hacer su fútbol, con espacios, para correr mucho con Luis Díaz y hemos sufrido bastante más».

En una reflexión más general, el técnico riojano comentó que «se aprende más de las derrotas que de las victorias. Por eso nos quedamos con el lado positivo». Había que ser optimista para encontrar vertientes positivas en una mala noche de la selección, y por ahí De la Fuente desgranó sus motivos.

«Lo positivo fue la primera parte. Hace cuatro meses que no jugábamos y lo positivo es que hemos visto que los jugadores mantienen la idea, contra un rival muy poderoso, en un partido de exigencia máxima. Algunos tienen que tener más experiencia, más bagaje, y estos partidos sirven también para ganar en eso».

En esa turbina de experiencias, le tocó turno a Pau Cubarsí, quien se convirtió en el defensa más joven en estrenarse con la selección (17 años y 60 días), aunque no en el más precoz de todos. Su compañero Lamine Yamal lo hizo con 16 años y 56 días.

El central muestra aquella virtud que se hizo célebre en la presidencia de Zapatero. Talante. Actitud serena en el campo de juego, pese a que apenas participó 10 minutos, y aplomo cuando le abordaron los micrófonos en la zona de prensa. «Siempre intento ser yo, salir con calma y jugar a lo que yo sé. El míster me ha dado la confianza y la he intentado aprovechar al máximo».

Y añadió un componente interesante para alguien de 17 años que se ha criado entre tecnología. «Estoy intentando apartarme de las redes sociales. Intento jugar al fútbol, que es lo que me gusta, y con tranquilidad».

En el bando colombiano, un exmadridista se reivindicó. Gran partido de James Rodríguez, quien se preguntaba lo siguiente en la planta de vestuarios. «Cuando vienes a la selección siempre tienes que hacer las cosas bien y en el futuro, ¿por qué no puedo volver a la Liga, una liga en la que siempre quise jugar y... ¿por qué no?».