supercopa de españa
El Barcelona, campeón a lo grande
El equipo azulgrana gana al Sevilla por 4-0 tras una primera parte espectacular y un «hat trick» de Messi
JULIÁN ÁVILA
La vida sigue igual en Barcelona. Con los canteranos, con los campeones del mundo, con Guardiola enojado, con el Sevilla agigantado y dos goles de ventaja. El Barça es el Barça . El señor del juego. El dueño del balón y de los ... títulos. Otra Supercopa de España al morral. Otra exhibición de juego. Y sin David Villa ni Ibrahimovic . El mejor equipo del mundo se basta con media de hora de inspiración para tumbar un muro de hormigón. [Narración]
Y así lo hizo. Antes del descanso despertó al Sevilla de su sueño. Nada que hacer. El Nou Camp fue demasiado grande y largo para el equipo de Antonio Álvarez. Ni supo ni pudo contenter el tsunami de juego desplegado por el Barcelona desde la primera jugada. El toque de corneta organizado reventó las estructuras ordenadas del rival. Nada que hacer. Sólo correr y correr detrás del rival en un ejercicio de masoquismo.
El Sevilla lo hizo todo al revés. Intentó guardar fuerzas para la eliminatoria de la «Champions» ante el Braga y se replegó para sacar provecho a la contra. Pero una cosa es la teoría y otra la realidad. Ni juntó las líneas ni presionó ni retuvo el balón. Fue un suicidio colectivo. Y cuando el Barcelona tiene el balón y el mando poco se puede hacer. Salvo sacar del centro del campo después de recibir un gol. Para colmo, el Sevilla echó una mano involuntaria con un tanto en propia puerta de Konko en el minuto trece.
Hemorragia mortal
Pronto empezó la sangría. Demasiado. Y no paró. Llegó la hemorragia sin doctor capaz de cerrar la herida abierta. La conexión Xavi y Messi volvió a funcionar a la perfección . La fórmula idónea para mandar a la lona a cualquier rival. Leo recuperó el pulso después del Mundial. Acertó con la portería rival en dos ocasiones antes del descanso y comsiguió remontar una eliminatoria que arrancó muy empinada.
Guardiola volvió a salir victorioso de otro envite. Más bien un órdago. Regaló un partido histórico a los canteranos en el Pizjuán con final casi dramático y recurrió a los actores principales para buscar la remontada sin Puyol e Iniesta. De salida. Los fotógrafos dirigieron sus objetivos hacia los banquillos. Cuestión de dosificar esfuerzos para el futuro y las manidas rotaciones. En el del Barcelona, David Villa e Ibrahimovic. En el del Sevilla, Luis Fabiano y Kanouté. La mejor pólvora, a buen recaudo. Oportunidad para otros pistoleros, que aprovechó como siempre Messi para dar la razón a su entrenador.
El partido acabó antes del descanso, aunque el Sevilla estuvo a un gol de forzar la prórroga. Así lo quiso el Barcelona. Antonio Álvarez intentó dar la vuelta a la situación y metió tres cambios de una tacada con vocación ofensiva (Cigarini, Perotti y Luis Fabiano) cuando quedaba media hora de encuentro. Una apuesta sin premio porque nunca tuvo el control del balón. Bastante tuvo con defender los dominios de Palop ante la avalancha de juego permanente del rival.
Guardiola también movió sus fichas y metió en el partido a Iniesta. Al héroe nacional del Soccer City. En su primera aparición puso en pie al estadio y luego fabricó una jugada mágica con Messi que si acaba en gol provoca una invasión de campo.
Vivir de las rentas
No sufrió el Barça en la recta final, ya con David Villa en funciones ofensivas con su nueva camiseta. Vivió de las rentas adquiridas y dejó pasar el tiempo, con el partido siempre bajo control, sin gastar demasiada energía. Los minutos de regalo sirvieron para que David Villa se ganase los primeros aplausos de la grada. Pudo hacer un bello gol en una jugada colectiva de tiralíneas, pero ahí estaba Palop. Y para que Leo Messi redondease la noche con un «hat trick» que puso en pie al estadio azulgrana.
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