LIGA BBVA
El Camp Nou se desespera
El Barça, permisivo con el Mallorca en las dos áreas, vuelve a ceder en casa
Algo paranormal le ocurre al Barcelona en casa, incapaz de cerrar tardes aparentemente plácidas como la de ayer ante el Mallorca. Han volado cinco puntos en el Camp Nou en este inicio de curso desesperante para la parroquia, que se acostumbra a ver el mejor ... fútbol de su equipo lejos de la ciudad, y una conclusión evidente mosquea al personal: el Barça es vulnerable y el parón de las selecciones invita a que se hable y mucho durante estos próximos quince días, tiempo de reflexión para que Guardiola encuentre una respuesta a los inesperados resbalones. Ayer flojeó una vez más en las áreas y fue tan permisivo en la de Aouate, genial, como en la de Víctor Valdés, vendido por una defensa que se despista con demasiada frecuencia.
Antes, en tiempos no tan lejanos, el Barcelona destrozaba el manido tópico de que no se puede perdonar en esto del fútbol, un negocio implacable con los que pecan de buena fe. Ahora llega tantas veces a la portería contraria como entonces, pero el problema principal radica en que ya no marca. Cosas de las rachas, dicen los protagonistas para justificarse, aunque por reiterativo el asunto empieza a ser preocupante. Dos goles en tres partidos como local y cuatro de nueves en puntos, demasiadas concesiones para empezar la temporada. Y no ayuda en absoluto el patético y lamentable estado del césped del Camp Nou, enemigo público número uno del juego de salón azulgrana y que ayer se cobró una víctima con la lesión de Pedro, pues se retiró lesionado al quedarse clavado con una chuleta de hierba que descubrió una playa gigante en la base. Inadmisible.
Dominio estéril
Lo peor de la velada son las sensaciones, tan diferentes al descanso y al final. En el primer acto, no hay discusión en el dominio del Barcelona, al que únicamente se le cuestiona por el chocante empate después de abrumar con la posesión y coquetear sin límite con más goles después de la genialidad de Messi. En el segundo, por contra, dio la sensación de que el equipo se quedaba corto de fuerzas y abandonó la fe antes de hora, aferrándose Guardiola en la osadía y el desparpajo de los canteranos que entraron desde la banda. A falta de ideas, Thiago, Nolito y Jeffren fueron los revulsivos sin encontrar mayor tesoro que el resto y el Barcelona dio vida a un muerto que languidecía en los compases inaugurales. Hasta el tanto de Nsue, justo al filo del momento para el bocadillo y el refresco, el Mallorca fue un oponente pánfilo que permitió una avalancha de la que milagrosamente salió ileso y que incluso luego pudo dar un susto mayor a un socio empachado por los homenajes de los prolegómenos.
Se puede escudar el Barcelona en las ausencias varias, pero no es su estilo. Lo cierto, sin embargo, es que no es ni la mitad sin Xavi, con la lengua fuera y agarrotadas sus piernas después de tantas palizas, y sin Busquets pierde equilibrio por mucho que Mascherano le coja el pulso poco a poco —estadística alarmante la del argentino ya que nunca ha ganado el Barça con él como titular—. Atrás, el pálpito no es el mismo con Puyol calentando banquillo ya que Milito presenta tantas dudas como Bojan en la punta, espacio reservado clarísimamente a Villa. El canterano sigue sin dar pie con bola y su participación fue tan negada como la del colectivo, cegado en el remate para alarmar al mal acostumbrado Camp Nou.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete