«El CSD bendijo el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí»

Esta segunda declaración es particularmente relevante, toda vez que el ex secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco, envió en 2022 una declaración a la Fiscalía en la que aseguraba «que no consta autorización o refrendo por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD), ni comunicación de la RFEF» en relación con este asunto. Según las declaraciones obtenidas por ABC, Camps fue muy rotundo en sede judicial: afirmó que «no es cierto» que las autoridades desconocieran el contrato árabe. Es más: dijo concretamente que «el CSD conocía todo y lo validó [...] La información difundida de que los organismos públicos no conocían el tema es totalmente falsa».

El traslado de la Supercopa fue muy criticado en su momento por diversos factores: el desmedido afán de lucro de Rubiales (cobraba entonces su sueldo en variable: se llevaba un porcentaje de cada contrato que firmaba la RFEF), los 24 millones de comisión que se llevó la empresa de Gerard Piqué (Kosmos), la innecesariedad de exportar un torneo y las dudas sobre la idoneidad de Arabia Saudí. Camps confirma que hubo otros candidatos, como Qatar, China e India, pero se decantaron por la oferta saudí dado que reunía los «requisitos esenciales»: distancia «no demasiado lejana» y más dinero: «ingresos importantes» para clubes, beneficios comerciales, financiación de fútbol base y desarrollo del fútbol en aquel país. El encargado de las negociaciones, dijo, fue Jorge Mowinckel, director de Relaciones Internacionales de la RFEF.

En el caso de Elvira Andrés, hoy mano derecha del presidente interino, Pedro Rocha, Camps fue igualmente categórico: aseguró que Andrés (entonces directora de 'Compliance') le dijo que no existía ningún conflicto de interés por el hecho de que Kosmos fuese propiedad de un futbolista todavía en activo, dado que firmaba su contrato con una empresa pública saudí (y no con la RFEF). Andrés habría afirmado, según Camps, que ni siquiera había que transmitir esa información a ninguna otra instancia. Camps aseguró a la jueza que la RFEF no intervino para que Kosmos fuese seleccionada como intermediaria. Añadió que nunca ha hablado con Piqué (sólo lo conocía «por la televisión») e insistió en que Kosmos formaba parte de una sociedad de la Liga mientras jugaba todavía en el Barcelona.

La investigación, desencadenada por una querella de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, trata de determinar si Rubiales y Piqué actuaron irregularmente para forrarse con la nueva Supercopa. El querellante subraya que el expresidente «ocultó» a los órganos internos de control el acuerdo para conseguir «un aumento salarial» y que Piqué se llevara una «comisión de éxito». Y destaca que el Código Ético de la RFEF señala que los miembros del organismo «no aceptarán, entregarán, ofrecerán, prometerán, recibirán, pedirán o solicitarán comisiones, en su beneficio o en el de terceros, por negociar o cerrar acuerdos u otras transacciones, salvo que así esté establecido en un contrato legítimo».

El contrato de la Supercopa precipitó la dimisión de la entonces vicepresidenta de Integridad de la Federación, Ana Muñoz. También la de los tres integrantes del Comité de Ética de la RFEF, tras vetar Rubiales un informe suyo que se oponía al acuerdo por tratarse de una dictadura que no respeta los derechos de las mujeres, castiga la homosexualidad y aplica la pena de muerte. Estos tres juristas (Araceli Mangas, Manuel Villoria y José Luis Pérez Triviño) también comparecieron como testigos el pasado 23-F en Majadahonda. Sus declaraciones fueron coincidentes: hay un conflicto de intereses, y si hubiesen sabido que Kosmos estaba involucrada, así lo habrían hecho saber.

Los tres abogados explicaron que hicieron un informe general valorando «circunstancias externas», pero no el contrato, porque nunca lo vieron (y, por tanto, no conocieron el papel de Piqué). Indican asimismo que Rubiales impidió que su informe crítico llegase a la junta directiva de la RFEF. Mangas añade algo relevante: «Todo lo que hacía el comité iba directamente a la papelera [...] El trabajo no servía para nada y era una pantalla de cara a los medios de comunicación».

Camps concluye que, según la normativa, no era necesario el informe del Comité de Ética. Tanto su exjefe Rubiales como Piqué han negado que hubiera pagos de la RFEF a Kosmos. La jueza, por su parte, vio suficientes indicios como para decretar la apertura del sumario y la instrucción. El proceso sigue su curso y se esperan nuevas declaraciones.