El Barça, campeón en una final de locos

La ausencia de Mbappé en el once le puso fácil el equipo al técnico blanco. Cuatro centrocampistas, más Vinicius y Rodrygo en el ataque. En los laterales, Lucas y Mendy. Sí, Mendy casi dos meses después. Mintió Carletto en la sala de prensa del Coliseum al asegurar que sería Fran García el dueño de banda izquierda en La Cartuja, pero también es verdad que mintió solo nueve minutos, los que duró el francés sobre el campo. Otra vez lesión muscular de Ferland. Dramático.

Fue una primera mitad en la que el Madrid no supo, hasta el minuto 25, si en la portería del Barça estaba Szczesny, Ter Stegen, Iñaki Peña o Zubizarreta. No pasaba del centro del campo en el equipo de Ancelotti, ni juntaba dos pases, ni ganaba un duelo. Dramático al cuadrado.

El Barça iba acumulando llegadas. En el 19, un disparo de Lamine dejó una caricia en el palo derecho de Courtois, que dos minutos después sacó una mano dura a cabezazo de Koundé. No eran muchas las ocasiones, pero la sensación de peligro la veía hasta un ciego. Y el gol no iba a tardar en llegar.

En el 28, Bellingham no ejecuta correctamente un pase a la carrera de Vinicius. El balón lo intercepta Cubarsí y a partir de ahí se desencadena la tormenta. Balón en largo de Pedri a Lamine, el canterano acula a Fran García, atrae a otros tres jugadores del Madrid y levanta la cabeza para ponerle en la medialuna del área un pase a Pedri que el canario remata de primeras a la escuadra.

Disparó, como podía haberse hecho unos toques mientras se tomaba un 'gin tonic' y le pedía el mechero a Szczesny. Ningún rival encima, ni cerca, ni medio cerca. Otra de esos balances defensivos 'made in' Real Pereza Madrid. Lo de este equipo corriendo hacia atrás exaspera hasta a un caracol.

El 1-0 sacó algo de vergüenza en el equipo blanco, que de ahí al descanso igualó el partido y recordó que para ganar la Copa tenía que intentar llevar el balón a la red del otro equipo. Lo hizo Bellingham, en el 35, pero estaba en posición antirreglamentaria. Y estuvo cerca de hacerlo Vinicius en el 43, pero Íñigo lo arrolló justo antes de rematar. Penalti que señaló De Burgos y que invalidó el asistente. El brasileño había partido en posición antirreglamentaria.

En el Barça, un córner olímpico de Pedri que se paseó por el área, pasó por debajo de las piernas de Rudiger y acabó escupiendo el palo de Courtois.

De los vestuarios, salió el Madrid con Kylian y sin Rodrygo. Y el Madrid dejó de jugar con uno menos. La temporada del brasileño es para sentarse en el diván de Pep y meditar qué quiere ser de mayor. Si merengue o citizen. La de Kylian no es lo que una buena parte del madridismo esperaba, pero con un tobillo y medio del otro resucitó a un equipo que tenía los clavos en el ataúd.

En el 49, Szczesny le sacó dos remates a bocajarro a Vinicius. Tres minutos después, volvió a lucirse el polaco ante Mbappé. Y otra vez se erigió en héroe en una gran jugada de Kylian con remate del brasileño.

El Madrid había encendido la mecha de la remontada y Ancelotti le puso las cerillas con las entradas de Guler y Modric en el 57. Quedaba más de un tercio de partido y Carletto había agotado cuatro cambios. Este giro de guion no lo vio venir ni Hitchcock. El Madrid sometiendo al súper Barça de Flick y levantándole un 1-0.

El 1-1, en el 70, llevó la firma de Mbappé. Él se fabricó la falta en la medialuna del área y él la puso en la portería de Szczesny. El polaco echó abajo su buen partido dejando su palo al descubierto. El 2-1, siete minutos después. Córner que bota Arda y remata Tchouaméni.

El Madrid tuvo dos contras para matar la final, pero cuando ya tenía en la lona al Barça y la cuenta estaba en el número ocho, en el 85 un gran pase de Lamine y una mala salida de Courtois regaló el 2-2 a Ferran.

Al partido solo le faltaba el 'VARro', y apareció en el 96, en la última jugada. De Burgos señaló penalti por zancadilla de Asencio a Raphinha. González Fuertes dijo que 'nanai'. Piscina del brasileño, que se quedó sin el jaque mate y con amarilla. Lamentable la afición del Barça gritando 'Florentino, hijo de puta'.

La prórroga la jugó el Madrid con Rudiger cojo y medio equipo reventado, como también lo estaba el Barça. Hasta Courtois y Szczesny estaban cansados. El único que no dejaba de correr era Tchouaméni. Bueno, y Valverde, pero el destino le había deparado la gloria a Koundé.