El chapucero baile de sedes para el Mundial 2030 pone a la RFEF bajo el foco

Tal y como desveló 'El Mundo', la decisión de los once estadios que España presentaría recayó en un comité evaluador, encabezado por María Tato, directora de la candidatura, y acompañada por Fernando Sanz, exjugador del Madrid y responsable del equipo organizador por entonces.

En su primera y caótica reunión, cuyo audio ha sido publicado por el citado periódico, protestaban por no entender los criterios de la FIFA para la elección de las sedes y temían que sus puntuaciones estuvieran puestas «a huevo». «Con un estadio estamos tardando la de Dios» o «pon un 20 y tira» fueron algunas de las frases pronunciadas en dicha reunión.

De la misma salió una primera clasificación de ciudades ordenadas por puntuación. En ella, la última sede elegida para albergar el Mundial fue Vigo, con una puntuación de 10,2004, lo que dejaba fuera a Anoeta, debido a los 10,1226 puntos otorgados al estadio donostiarra. Sin embargo, 48 horas después y sin que se produjera ninguna reunión entre los evaluadores, la puntuación de San Sebastián ascendió hasta los 10,6026, gracias a lo cual adelantó a la ciudad gallega como sede mundialista.

Estas informaciones han provocado un enfado mayúsculo en Vigo, manifestado este lunes por su alcalde, Abel Caballero. «El comité técnico evaluador, presidido por Fernando Sanz, hizo una valoración en la que Vigo estaba incluido. Y en solo dos días, ese baremo , y Vigo aparece en último lugar. Alguien tiene que explicarnos quién tomó esa decisión, por qué la tomó, dónde se tomó, en qué lugar se realizaron las reuniones... necesitamos respuestas sobre todo esto», lo que definió como algo «gravísimo». «A lo mejor alguien quería dejar fuera a Vigo», sentenció el edil, que denuncio el «oscurantismo» en todo el proceso y demandó a la RFEF explicaciones.

Por su parte, la Federación asegura que se encuentra investigando todo lo sucedido durante la elección de las sedes para el Mundial 2030. Además, el organismo sostiene que se realizaron al menos cinco borradores de clasificaciones no definitivos que se fueron adaptando a criterios de FIFA. La intención de la RFEF, algo en lo que el Gobierno insistió desde el principio, es ampliar el número de sedes españolas hasta las trece, con el objetivo de incluir a Vigo y Valencia, una pretensión que choca con las intenciones de la federaciones marroquí y portuguesa.

Asimismo, fuentes del CSD defienden que el proceso de la elección de la sedes fue llevado a cabo exclusivamente por el organismo federativo, por lo que son ellos quienes deben ofrecer explicaciones sobre la falta de transparencia. Desde el Gobierno añaden que se deberían haber presentado las trece sedes y que fuera la FIFA quien estableciera las restricciones en un futuro, pero la RFEF desoyó su consejo.