Mbappé rompe la resistencia de la Real Sociedad

Y es que el fulgor europeo tiene despistado a la Real, que en la liga doméstica acumula varios partidos sin ganar y sin marcar. Ya no exhibe ese empuje con el que recibió en diciembre el emparejamiento de Champions. Y tampoco el PSG es el que era a finales de 2023, aquel que se clasificó sobre la bocina. Los resultados han comenzado a llegar y sobre la cabeza de Luis Enrique ya no pende ninguna espada.

Con ese espíritu renovado se asomó el equipo francés al abarrotado y bullicioso Parque de los Príncipes, donde no se silba el himno de la Champions. Es el PSG un equipo oficialista, afecto al régimen UEFA y plagado de estrellas millonarias, por más que Messi y Neymar emigraran en verano. Hay mucho donde elegir, pero ninguno llena el ánimo del aficionado como Mbappé, quien en un año de altibajos, más pendiente que nunca de su futuro, ha sido capaz de enganchar tres docenas de goles en otros tantos partidos. Una salvajada.

En la Real faltaba Oyarzabal, que hizo todo lo posible por llegar al partido, pero que ni siquiera se sentó en el banquillo. Fue André Silva el elegido por Imanol para ocupar la posición de 'nueve'. Del portugués fue la primera ocasión, nada más pitarse el comienzo. Un buen augurio. La acción llegó tras una pérdida peligrosa de la zaga francesa. No fue la única. Se impuso un ritmo frenético que multiplicaba los errores en ambos equipos. Así llegó también el primer acercamiento del PSG, en el que Remiro sacó una primera mano contra Mbappé.

Hacía falta que uno de los dos le diera sosiego al juego. Fue la Real quien lo hizo, y gracias a eso encontró sus mejores minutos. Kubo descubrió en Beraldo el eslabón más débil del PSG y la Real insistió en buscar al japonés en la derecha. Un centro suyo que encontró a André Silva estuvo a punto de sorprender a Donnarumma.

La Real dominaba el centro del campo y en absoluto desentonaba en un escenario tan colosal, mientras que el PSG intentaba sorprender con los esprints de Dembélé.

Un zurdazo de Mikel Merino que lijó el larguero puso fin a la primera mitad. Los jugadores de la Real no podían ocultar la mueca de satisfacción en su camino hacia el vestuario. Mbappé, en cambio, negaba con la cabeza y ponía cara de pocos amigos.

Solo un acto desafortunado podía decantar la balanza a favor del PSG, y así ocurrió al poco de iniciarse el segundo acto. Una lesión de Traoré, un córner lanzado mientras el lateral realista era atendido fuera del campo, y un gran remate de Mbappé en el segundo palo, justo donde debía estar el jugador lesionado, dieron ventaja a los franceses.

El tanto no hacía justicia a lo visto hasta entonces, pero cayó como una losa en el conjunto realista. Mbappé afiló la mirada asesina y a punto estuvo de hacer el segundo poco después. Remiro tocó lo justo para desviar al larguero el zambombazo de la estrella francesa. En la siguiente nada pudo hacer ante Barcola, que se plantó ante él después de ganar por velocidad a Traoré. Al final, incluso tuvo suerte de no llevarse algún gol más en contra.