el baúl de los deportes
El bochornoso desplante del Barcelona a la Copa y al Rey que avergonzó incluso a Laporta
Hace 25 años, 24 de abril de 2000, el club catalán se negó a disputar la vuelta de la semifinal ante el Atlético aduciendo escasez de jugadores
El Barça radicaliza la pataleta

No resulta fácil, por lo insólita de la misma, describir la escena vivida hace justamente un cuarto de siglo en un campo de fútbol. Porque sucedió en uno de los grandes estadios del mundo, el Camp Nou, y porque sus protagonistas fueron los jugadores ... de una de las más grandes entidades, el Fútbol Club Barcelona. Ocurrió el lunes 24 de abril del año 2000, y lo más sencillo y clarificador es acudir a la hemeroteca.
Así, al día siguiente, 25 de abril, los siguientes titular y texto publicados en ABC resumen concisa y perfectamente lo vivido: «Esperpento en el Camp Nou: la directiva del Barcelona decidió anoche que el equipo no disputara el partido de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, que lo iba a enfrentar con el Atlético, vencedor en el Calderón por un contundente 3-0. El espectáculo en el Camp Nou fue esperpéntico: las gradas vacías, los jugadores atléticos esperando a sus rivales y el trío arbitral expectante. El Barça alegó que no disponía de jugadores suficientes, ya que la mitad de su plantilla está con sus respectivas selecciones. Sin embargo, la Federación lo acusó de poner innumerables trabas a la búsqueda de una solución beneficiosa para todos. Se abre ahora una polémica sin precedentes entre el club catalán y la máxima institución del fútbol español. La Federación, si se atiene al Reglamento, deberá dar por perdida la semifinal al Barcelona, imponerle una multa y excluirle de la competición de Copa la próxima temporada. Al margen de las sanciones, el debate ha prendido entre los aficionados, directivos y medios de comunicación».
Antes de desarrollar con detalle la noticia y de conocer el desenlace y consecuencias de la misma, los antecedentes competitivos. Tras las dos rondas previas, Barcelona y Atlético entraron en liza en la Copa del Rey 1999-2000 en la fase de dieciseisavos de final. Los catalanes fueron eliminando sucesivamente a Poli Almería, Ourense y Osasuna. Los madrileños, a Las Palmas, Real Unión y Rayo Vallecano. Después, ambos se encontraron en la semifinal.
Con la fecha de la ida, 12 de abril, no hubo problema. El partido se jugó a la orilla del río Manzanares y concluyó con un incontestable triunfo rojiblanco (3-0). El encuentro de vuelta estaba fijado para el martes 25 de abril, pero coincidía con una jornada de amistosos de selecciones nacionales el miércoles 26. Los clubes estaban obligados a ceder a sus jugadores internacionales con un mínimo de 48 horas de margen, circunstancia que afectaba especialmente al Barcelona. La entidad azulgrana se dirigió a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) solicitando un cambio de día. La RFEF accedió a realizar una leve modificación, pero esta no fue suficiente para evitar un monumental lío:
«La Federación Española decidió que el partido de vuelta de las semifinales de Copa que enfrentará al Barcelona y al Atlético en el Camp Nou se dispute mañana (lunes 24 de abril) en vez del martes, fecha prevista. La Federación estimó parcialmente, de esta forma, la solicitud formulada por el Barcelona, que instó al cambio de fecha de dicho partido, pero para el día 17 de mayo, porque se queda sin diez internacionales y sólo cuenta con once jugadores -dos de ellos, porteros- para el envite copero. El máximo órgano futbolístico denegó esa fecha y decidió que el encuentro se juegue mañana, porque los jugadores sólo deben estar un mínimo 48 horas antes de un encuentro amistoso de selecciones, que tendrán lugar el miércoles».
«El Barcelona negoció con las federaciones holandesa y portuguesa para intentar retrasar la concentración de sus internacionales de esas nacionalidades, de manera que pudieran jugar mañana y viajar por la noche, pero no obtuvo éxito. Posteriormente envió un fax a la Federación negándose a jugar mañana. El Atlético, desde Valencia (donde había jugado partido de Liga), quería saber si viajaba a Barcelona o si regresaba a Madrid. Ya había reservado hotel en la ciudad Condal. La Federación tranquilizó al Atlético: 'El partido se juega este lunes'. El Barça forzó la máquina y su portavoz, José María Antras, adujo que su club no juega mañana: 'No sabemos cuándo se disputará el partido. Con toda educación, lo decidiremos el mismo lunes (mañana). Hemos pedido a la Federación que reconsidere su decisión y retrase el encuentro para el 17 de mayo, porque el Barcelona no juega en igualdad respecto a su rival. El cambio del martes por el lunes no es una alternativa. Tenemos el mismo problema'. El club azulgrana realizó su solicitud de cambio el día 18, con el argumento de que su plantilla disponible para el encuentro quedaba reducida a los siguientes jugadores: Hesp, Dehu, Abelardo, Guardiola, Sergi, Dani, Simao, Arnau -jugadores con ficha del primer equipo- y las tres fichas del filial que permite la Federación para disputar la Copa las ocupan Xavi, Gabri y Puyol. Una decena de futbolistas no pueden actuar porque han sido convocados por sus selecciones y otros tres causan baja por lesión. Frank de Boer, Cocu, Bogarde, Reiziger, Kluivert y Zenden viajaron para jugar con Holanda; Figo, para jugar en Italia con Portugal; Litmanen, para disputar en Polonia un amistoso; y Rivaldo se desplazó a Sao Paulo para disputar un partido de clasificación para el Mundial 2002 frente a Ecuador, siendo éste el único partido oficial de los que disputarán todos estos internacionales».
«La Federación sí acusó al Barcelona de no prever con antelación este 'handicap', explicando que 'por sí mismo podría haber resuelto la situación de haber actuado con la razonable previsión, por ejemplo, la de disponer de una plantilla con mayor número de futbolistas y no reducida a sólo veinte'. En virtud de la reglamentación, los jugadores que deban cumplir sus compromisos con sus selecciones tienen que estar disponibles 48 horas antes del partido. El Atlético se quejaba de estar en medio de tanto problema. Hoy viaja a Barcelona, aunque no sabe ni la hora del partido, ni si lo hay».
A partir de ahí, el esperpento. Empezando por una rocambolesca declaración del entonces presidente azulgrana, José Luis Núñez: «El Barça se presentará y no jugará, para no hacer el ridículo». Su homólogo colchonero, Jesús Gil, no era de los que se callaban. Así que respondió: «Creo que el partido se va a jugar. Es poco serio que Van Gaal (entrenador del Barcelona) haya dado vacaciones a sus jugadores. Somos objeto de una tomadura de pelo».
Veinticuatro horas después de estas manifestaciones llegó la hora de jugar el encuentro de vuelta, previsto a las 9 de la noche. Y, como reza el título de la crónica publicada al día siguiente por ABC, «el Barcelona completó la pantomima».
Lo sucedido aquel lunes de hace 25 años quedó detallado puntualmente en la siguiente «Cronología de una farsa: 13 horas. La Federación confirma que el partido debe jugarse a las nueve de la noche. 18:30. Llegan los jugadores del Barcelona en sus coches particulares. También lo hace Van Gaal. En las puertas del estadio había unas 200 personas. 19. Llega Núñez y algunos aficionados le gritan '¡Cobarde, cobarde!'. Ya habían llegado otros directivos. 19,10. Núñez baja a los vestuarios y celebra una mini reunión con Van Gaal y con Antras. 19,25. El autobús del Atlético entra en el estadio. Le esperaban unas cien personas, que aclaman a los jugadores. 19,30. Comienza la Junta directiva del Barcelona presidida por José Luis Núñez. 19,35. Salen al terreno Gil, Albarracín y Clemente Villaverde (presidente y directivos atléticos). Después lo hacen los jugadores del Atlético con chándal. 19,45. Se abren las puertas de socios y aficionados del Barca cuelgan una pancarta: 'España teme otra noche mágica. Real Federación Española y medios, corruptos'. 20,21. Un empleado del club cuelga las pizarras con las alineaciones de ambos equipos. 20,30. El Atlético salta al terreno y comienza a calentar. El Barcelona no lo hace, pero presenta las fichas al árbitro. 20,36. Salen los directivos del Barcelona de la reunión. Casaus anuncia que no se va a jugar el partido. 20,50. Se retira el Atlético de Madrid a su vestuario una vez completado el calentamiento. 20,59. Vuelve el Atlético, va al centro del campo entre abucheos y saluda al respetable. También sale el equipó arbitral. 21. Sale el Barcelona y se queda en la banda mientras que Núñez va a la primera gradería, no al palco. Guardiola habla con Díaz Vega (árbitro) y ordena a los suyos que se retiren. 21,08. Se va Díaz Vega. 21,11. Se marcha el Atlético. 21,24. Antras da una rueda de Prensa y ofrece los argumentos jurídicos del Barcelona».
Diez futbolistas del Barcelona —Guardiola, Hesp, Xavi, Puyol, Sergi, Gabri, Déhu, Simao, Dani y Abelardo— se alinearon en la línea de banda sin pisar el césped. El capitán, Pep Guardiola, junto al delegado, Carles Naval, comunicó la decisión del club tanto al árbitro, Díaz Vega, como al capitán atlético, Santi Denia. Además de Santi, completaban el once colchonero dibujado por Radomir Antic: Toni; Philipauskas, Gaspar, Capdevila; Ngejus, Paunovic, Baraja, Valerón, Solari y Roberto.
La reacción unánime del fútbol español quedó plasmada en gruesos calificativos dirigidos a la directiva azulgrana: «lamentable actitud», «muy grave», «cagada de campeonato»... Hasta el mismísimo Joan Laporta, actual presidente del Barça y entonces líder de la plataforma 'El Elefante Azul', opositora a Nuñez, fue muy crítico: «Han vuelto a hacer el ridículo. Nos avergonzamos como barcelonistas, porque se nos ha menospreciado como socios ya que no se sabía si se iba o no a jugar el partido».
Información a través de Urdangarín
Además del bochorno y perjuicio deportivos, la decisión del club catalán fue un desplante a la figura del Rey de España que da nombre al torneo —Juan Carlos I en el año 2000—. El propio Nuñez reconoció no haber utilizado el conducto adecuado para informar a la Casa Real de lo que iba a suceder, no suceder, sobre el césped del Camp Nou:
«El Barcelona reconoció ayer en un comunicado que no utilizó el conducto adecuado para informar a la Casa Real de que no iba a jugar el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey, aunque le hizo saber el respeto de la entidad 'a la competición y a Su Majestad'. El club barcelonista aduce que tuvo dificultades en utilizar el conducto adecuado con la Casa Real, debido a que se produjo el pasado domingo, un día festivo e inmerso en las vacaciones de Pascua».
«'Ante los rumores que circularon el pasado sábado de un supuesto desdén del Barcelona con la competición que lleva el nombre de Su Majestad el Rey, el club recurrió el domingo pasado a la manera más inmediata de atajar tales rumores, en la persona con la que habitualmente trata sobre temas relacionados con la Casa Real y, muy especialmente, los inherentes al equipo de balonmano de nuestro club', señala la entidad en el comunicado remitido a Efe. El Barcelona asegura que dada la festividad del día 'se comunicó verbalmente a dicha persona el respeto a la competición y a Su Majestad', así como también 'se le hicieron patentes nuestras razones y en especial que no disponíamos de jugadores suficientes para afrontar un encuentro de esta categoría y de una competición tan importante'».
«Según supo Efe, el Barcelona se puso en contacto telefónico el pasado domingo con Carlos García Revenga, asesor de las Infantas, pero no estableció comunicación directa con los responsables de la Casa del Rey. El representante del Barcelona, en esa comunicación telefónica, pidió a García Revenga, únicamente, que transmitiera esa información a Iñaqui Urdangarín, esposo de la Infanta Cristina, que forma parte de la plantilla del Barcelona de balonmano».
«El presidente del Barcelona, José Luis Núñez, declaró el pasado domingo a la Cadena Cope que el club se había dirigido a la Casa Real para comunicar sus intenciones con vistas al mencionado encuentro frente al Atlético de Madrid. La Casa Real no tuvo conocimiento previo de la postura del Barcelona de no presentarse para disputar la semifinal de la Copa del Rey, informaron ayer fuentes del Palacio de La Zarzuela».
Aún quedaba el doble capítulo final de la historia. Primero, la sanción. «Un año sin jugar la Copa y multa de dos millones (12.000 euros): El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol no concedió razón alguna a la actuación del Barcelona en la Copa del Rey ni a su recurso jurídico posterior. Castigó al club azulgrana con las máximas sanciones existentes por 'incomparecencia' al partido de vuelta de semifinales del torneo copero... Se le da la eliminatoria por perdida (el Atlético jugó la final, y perdió 1-2, ante el Espanyol), se le impone la suspensión de un año sin poder disputar la Copa del Rey y se aprueba la mayor multa que contempla el Reglamento, dos millones de pesetas… Conocido el veredicto, el presidente rojiblanco, Jesús Gil, manifestó que 'lo más grave es que Joan Gaspart vino a Madrid a chantajear a la Federación. Gaspart genera violencia'».
Y como guinda, cerrando el círculo del esperpento, el perdón: Ángel Villar fue reelegido presidente de la Real Federación Española de Fútbol y para celebrarlo anunció las tradicionales medidas de gracia: «El Barcelona disputará la próxima edición de la Copa de Su Majestad el Rey si la Junta Directiva de la Federación Española ratifica la propuesta de amnistía que presentará su presidente, Ángel María Villar. De éste modo quedará anulado el año de suspensión para este torneo impuesto por el Comité de Competición al club azulgrana por negarse a disputar la pasada temporada el encuentro de vuelta de semifinales ante el Atlético de Madrid».
En efecto, el citado indulto fue aprobado en la Asamblea federativa celebrada el viernes 14 de julio de 2000 y el Barça participó en la siguiente edición de la Copa (2000-2001). Curiosamente, también cayó en semifinales. Fue eliminado por el Celta, esta vez en el terreno de juego, habiéndose presentado tanto en la ida como en la vuelta.
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