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¡A besarse, españoles!

¡A besarse, españoles! ABC

MANUEL DE LA FUENTE

Será porque veníamos de una guerra en la que todos perdimos, será por aquella posguerra gélida y famélica, pero no son nuestro fuerte los besos de película, y no se engañen, para besos, aquel de Burt Lancaster y Deborah Kerr , sobre la cálida ... y sensual arena de una playa en “De aquí a la eternidad”. No, entre nosotros estuvieron prohibidos los besos hasta entre cuñados, besar era un placer cortado por las tijeras de la censura, y ni en la oscuridad cómplice de los parques podían las parejas besarse a su gusto y antojo, con derroche, con sobredosis de pasión, ni siquiera con ternura, que podía aparecer el ojo acusador de la gente de ley y de orden, o los municipales, siempre al erótico quite.

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