El Barcelona gana sobre la bocina

Anoeta se presentaba como una reválida para acallar las voces críticas, elevadas desde dentro del vestuario por jugadores acostumbrados al éxito, como Gündogan. La Real Sociedad comparecía como el chivo expiatorio ante el que redimir todos los pecados exhibidos en el clásico. Mal lugar, no obstante, para marcar un punto de inflexión. El Barcelona sufrió pero logró sobreponerse y levantarse, aunque sobre la bocina. Un gol de Araujo en la prolongación, revisado por el VAR, dio un triunfo injusto al equipo catalán.

Recuperaba Xavi a Pedri, pero lo dejaba en el banquillo, al igual que a Oriol Romeu, criticado tras los últimos encuentros. Optaba por adelantar a Cancelo y seguir confiando en Fermín. Meritocracia al poder. Imanol Alguacil también recuperaba efectivos (Zubeldia y Barrenetxea) y los metía en el campo de batalla, con Take Kubo y Oyarzabal como referencias en ataque.

Inicio infernal de la Real Sociedad, que a los tres minutos de partido ya podía ir ganando por 3-0. El equipo txuri-urdin solo necesitó 28 segundos para examinar a Ter Stegen tras un robo en presión alta. Barrenetxea anticipó lo que se le venía encima a los culés. Oyarzabal, Merino y Take Kubo ponían contra las cuerdas al Barça y generaban cierta desazón en Xavi Hernández que, cabizbajo en la banda, empezaba a masticar tierra. Quince minutos y cuatro ocasiones clarísimas para la Real Sociedad y ninguna para el Barcelona. A ellas habría que sumar una más de Aihen que encogió el alma a los escasos seguidores azulgranas que acompañan a los culés. Lewandowski, Joao Felix y Cancelo estaban sobre el césped pero nadie lo hubiera dicho.

Terrible primera parte del Barcelona. El crítico Gündogan acumulaba pérdidas peligrosas en campo propio. Sus compañeros no atinaban a mantener la posesión (la Real dominó este aspecto en el primer acto), llegaban tarde a la presión y carecían de ideas con el balón en los pies. La Real Sociedad era la antítesis. El acoso y derribo donostiarra era total, pero su efectividad nula. Los de Imanol lo hacían todo bien hasta que llegaban a las inmediaciones de Ter Stegen. El Barça era incapaz de dar cinco pases seguidos pero los vascos perdonaban en exceso y eso suele ser la antesala de la derrota cuando te enfrentas a un transatlántico como el Barcelona.

Despertaron los culés en los últimos diez minutos y al filo del descanso el Barcelona pidió un penalti que fue revisado por el VAR. Primero cayo Lewandowski dentro del área, pero la jugada analizada fue la que acabó con los huesos de Joao Felix en el área donostiarra. Nada de nada. Lo mejor para Xavi era que su equipo ser iba al descanso sin encajar ningún gol.

Agitaba el partido Xavi a falta de media hora. Retiraba a Lewandowski, desaparecido en San Sebastián, y a Fermín para dar entrada a Ferran y Pedri. Pero se le acababan las ideas al técnico, que caminaba por la banda desorientado y con la mirada perdida. Raphinha y Lamine Yamal eras las opciones para darle la vuelta al partido. Se retiraban los dos Joaos con una actuación muy plana.

El resultado no le servía a ninguno de los dos contendientes. Al Barcelona se le escapaba la cabeza de la Liga, con el Girona ya a seis puntos y el Madrid esperando el tropiezo culé para empatar este domingo en el liderato. Y a la Real Sociedad le quedaban lejos los puestos que dan acceso a jugar la Champions League.

Los últimos minutos fueron del Barcelona, con Araujo, Pedri y Gavi achuchando. Al final marcó Araujo, de forma agónica. Lo anuló el árbitro pero el VAR le rectificó. Triunfo injusto del Barça pero igual de válido.