El Barça gana a un Madrid negado para el gol

Rodrygo en en el 7 pudo también marcar y el Madrid empezó a explotar los riesgos que el Barcelona tomaba en la salida controlada del balón. El partido, como es lógico en la pretemporada, se fue amuermando. Pero cuando empezaban a fallar las piernas funcionó el cerebro y el Barça marcó el primero de una jugada ensayada y perfectamente ejecutada por Pedri, en la asistencia, y Dembélé como goleador. Buen trabajo de Xavi en la estrategia, finura de Pedri y eficacia del francés, que podría irse al PSG si Mbappé se marcha de París con destino a Madrid, a Liverpool o quién sabe dónde. Romeu muy voluntarioso pero poco estilista para jugar en el Barça.

Penalti por mano clara de Araujo que Vinicius desperdició estrellando su disparo en el travesaño. El Barça perdió el control pero no la tranquilidad y Balde hacía todo lo que podía, y lo hacía muy bien, pero sin encontrar socios en el último tramo. Más fuerza que inteligencia. Christensen se fue poco antes de la media hora y entró en su lugar Éric García. En el momento de producirse el cambio no se acabó de saber si fue debido a una molestia muscular o a la flojera intestinal que el jugador a veces sufre como consecuencia de sus ataques de pánico. En cualquier caso, en la pretemporada, aunque sea un Clásico, no tiene sentido forzar.

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Rodrygo casi marca de falta pero Ter Stegen le respondió con un paradón aún mejor que su disparo. Al Barça le hacía falta un punto de pausa y de balón que no encontraba, y el Madrid expandía su dominio ahogando los intentos de jugar del rival. Camavinga castigó severamente a Araujo con una falta extemporánea por la que vio la amarilla. Al Madrid le fallaba la colocación pero la sensación era que podía empatar en cualquier momento. Araujo intentó continuar pese a las molestias pero el que tuvo que marcharse fue Gundogan, lesionado y con mala pinta, y fue sustituido por Sergi Roberto. Vinicius volvió a chutar al larguero y Carvajal al palo. A veces resulta difícil entender cómo puede ser que ese balón no acabe de entrar. Justo a continuación, Courtois le ganó un uno contra uno a Dembélé. Igual mérito del portero belga que fracaso del delantero francés. Clásico exigente, tenso, sin excusas ni pretexto. Como tiene que ser en dos equipos que no pueden desperdiciar ninguna oportunidad para volver a hacer juntos lo que una vez fue el mejor espectáculo del mundo. Ter Stegen cerró la primera parte con un paradón a un remate envenenado de Valverde.

No hubo cambios tras el descanso, lo que es de agradecer por no desmerecer el partido. Pero aunque aprecio las motivaciones comerciales, y el sentido del negocio, y la marca del Barcelona y de Madrid en el mundo entero, y del Clásico como espectáculo universal, si de alguna manera hay que proteger el fútbol, para que siga dando sus beneficios y réditos, sobrecargar a jugadores sin rodaje no parece ser la forma más inteligente.

El Madrid avisaba pero sin concretar, y el Barça se deshilachaba cuando más propicia la escena parecía. Kroos entró por Valverde y Modric -un año más en el Madrid, ¡qué rendimiento!- por Camavinga. Romeu continuó en la segunda mitad tan lento y poco delicado como en la primera. El partido tendía a romperse con idas y venidas constantes y más protagonismo en las áreas. Tchouaméni chutó otra vez al larguero y con mucha fortuna y de espaldas Ter Stegen acabó de rechazar el disparo. Se le negaba el gol al Madrid y se le continuó negando: Vinicius en el 82 firmó una magnífica carrera pero su remate se fue por centímetros. El Madrid tendrá un problema si haciendo tanto no es capaz de marcar. Todo lo contrario, Fermín López marcó la que tuvo de un magnífico disparo. El partido aún tenía que ver un prodigioso regate de Vinicius y otro remate al larguero en la cuenta blanca. Una segunda brillante acción de Fermín López le regaló el tercero a Ferran Torres.