El Barça arrolla a una Real Sociedad con uno menos

Durante la mañana del domingo daba la sensación de que en Montjuic se iba a jugar la vuelta del partido Betis-Madrid, para decantar la Liga, pero la Real empezó dejando claro que no iba a prestarse de comparsa y marcó aunque en fuera de juego. Pero fue una delicada jugada y un aviso de que si el Barça quería ganar tendría que emplearse.

Inteligente Imanol en su despliegue, hábiles sus jugadores. Muy bien Gerard Martín abasteciendo a Raphinha. Remiro casi se traga el gol tonto de la tarde por un exceso de tardanza en rechazar un balón. En el 17 el partido que había empezado terminó y empezó otro totalmente distinto porque el árbitro benefició al Barça con la interpretación más rigurosa y perjudicial para la Real, y expulsó a Elustondo por una clara pero leve falta sobre Dani Olmo a mucha distancia del área. Es cierto que no había nadie entre el jugador local y el portero pero Elustondo no era «el último hombre» sino uno que también podía llegar al balón, y además estaba tan lejos de la portería, y el gol era tan evitable por cualquier otra circunstancia que la roja directa tiñó de justificada polémica la tarde. No fue un «robo», ni un mayúsculo escándalo, pero sí otro beneficio de la duda, otra oportuna inclinación de la balanza.

Imanol cambió a Olasagasti por Jon Martín pero la Real se descompuso. Lamine Yamal con una excepcional finura se fue de quien quiso para entregarle el balón a Dani Olmo, que centró para que Gerard Martín rematara el primero -magnífico regalo de cumpleaños a Flick, que siempre ha apostado por él- y en apenas unos minutos el segundo se coló de rebote, de reboté en Marc Casadó, tras un disparo inicial de Dani Olmo.

La Real se sentía sin fuerzas para competir pero se resignaba a tirar la toalla, y pese a la inferioridad intentaba luchar contra la inundación de un Barcelona apabullante que la encerraba en el último tercio del campo. Lamine Yamal descosía a placer a la defensa contraria. Gran calidad, ejercida además como si nada. Lewandowski estaba torpe pero las ocasiones para el tercero se amontonaban.

Pedri inauguró la segunda parte con un disparo justo a la escuadra, y Araujo aclaró cualquier duda, por si alguna quedaba, sobre cuál sería el desenlace de la tarde marcando el tercero en el segundo remate de un córner servido por Raphinha. Cerca del minuto sesenta, como es tradición, Flick hizo sus cambios y Pedri, Cubarsí y Raphinha tuvieron un merecido descanso en favor de Ferran, De Jong y Éric García. Justo a continuación, Lewandowski corrigió sus torpezas y marcó el cuarto desviando intencionadamente un disparo de Araujo.

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Miguel Zarza

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La Real intentaba aguantar con dignidad el lento pasar de los minutos de un partido que había perdido cualquier sentido tras la expulsión. El Barça contra uno menos era de una superioridad incontestable, atacaba andando y jugaba a cada momento a lo que quería. Si a este equipo en condiciones normales es muy difícil ganarle, en condiciones favorecidas se vuelve imposible. Es una lástima que estas cosas pasen porque desmerecen el fantástico fútbol al que el Barcelona sabe jugar.

Todo era tan favorable que hasta Flick se sintió magnánimo y dio veinte minutos a Fermín pese a que desaprovechó con un juego muy mediocre su última titularidad. El sustituido fue Dani Olmo, buen partido, y además de agradecerle los servicios dejamos de sufrir por si se lesionaba.

Si el Barça no gana esta Liga no podrá decir que no fuera por falta de un ambiente favorable.