Victoria agónica de un Barça gris

Liderazgo en juego tras la victoria previa del Atlético. Fluía el Barça en ataque pero sin acierto en los metros finales ni en la contundencia defensiva. La Unión no tenía el partido lejos de lo que quería y las mejores oportunidades eran suyas. La maquinaria de Flick se fue poco a poco atascando: continuas pérdidas de balón no forzadas, extraño ausentismo más mental que físico de Lamine Yamal, que lleva despistado algunos partidos, y aunque la sensación era que en cualquier momento podía llegar un gol que pusiera las cosas en su lugar, el partido avanzaba entre rugosidades que no se acababan de alisar.

Demasiada prisa visitante, precipitación innecesaria. Hacía tiempo que no se veía a Hansi Flick tan molesto con sus jugadores: nervios, gritos, notoria gesticulación y disgusto por la falta de conexión en el juego de su equipo. Alberto Moleiro casi marca pero se le fue el disparo por milímetros. Cierta negación del Barça en su obstinado modo de querer resolver el partido por la vía rápida: tal vez sólo le faltaba un poco de calma pero la verdad es que no la encontraba.

Al Barcelona no se le podía reprochar que no trabajara, que no lo intentara pero desde luego no era su noche más inspirada. Lamine Yamal nos tiene acostumbrados a hacer ver que no está y aparecer de repente con un par de pinceladas de su talento deslumbrante pero de momento se concentraba en la primera parte de la frase. Fermín le puso una buena asistencia a Raphinha pero el brasileño no la cazó por los pelos. Tec con los pies tampoco estaba fino. Las constantes pérdidas obligaban al equipo a cansarse corriendo hacia atrás para arreglar lo estropeado.

Primera parte pasada de vueltas pero no desesperante. Parecía que sólo el gol podía tranquilizar al Barça. Flick quiso con Dani Olmo, que sustituyó a Fermín, dar a su equipo la luz que le faltaba y la segunda parte empezó con el Barça más pausado, con ataques más largos y defensas más cortas. Era una noche para la paciencia y la eficacia: no cometer errores y aprovechar lo que se presentara, que daba la sensación de que no sería demasiado. Fermín, consciente de que no había hecho una primera parte, llegó cariacontecido al banquillo minutos después de la reanudación.

Pedri no tuvo el día en su retorno a casa pero tenía razón en su reproche a Lewandowski de que no bajaba a descargar. Quince minutos sin comparecer el polaco. Dani Olmo pese a algunas pedradas previas fue la luz que Flick quería y el equipo necesitaba y dirigió un ataque con suma elegancia que él mismo culminó con un recorte delicadísimo en el área y un remate a la escuadra. Lo más difícil estaba conseguido y los locales no daban signos de reacción, de modo que su entrenador hizo tres cambios de golpe y dio entrada a Fuster, Campaña y Mata. Sandro casi marca pero se le fue por muy poco. El Barça estaba más cerca de marcar el segundo que el Las Palmas del empate, pero el empate tampoco era imposible, de modo que el partido estaba inquieto y Lewandowski y Lamine Yamal fallaban más de lo que suelen. Dani Olmo otra vez muy por los suelos, quejándose de un modo no exactamente exagerado pero sí inusualmente doliente de cada falta.

A diez minutos para el final, la jugada polémica del partido acabó en un fuera de juego visitante bien señalado por el VAR. Pedri, mediocre, y Lamine Yamal, peor, fueron cambiados por De Jong y Ferran, que marcó el segundo en la única que tuvo, asegurando para su equipo el liderato.

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FICHA DEL PARTIDO

Las Palmas: Cillessen, Viti (Pezzolesi 85'), Alex Suárez, Mármol, Alex Muñoz, Bajcetic (Benito 85'), Javi Muñoz, Essugo (Campaña 67'), Sandro, Moleiro (Fuster 67') y McBurnie (Mata 67').

Barcelona: Szczesny, Koundé, Eric García, Cubarsí, Balde, Casadó, Pedri (De Jong 85'), Fermín (Dani Olmo 46'), Lamine (Ferran 85'), Raphinha (Gerard 97') y Lewandowski.

Goles: 0-1 62' Dani Olmo. 0-2 95' Ferran.

Árbitro: Cordero Vega (Colegio Cántabro). Amonestó a Suárez y De Jong