Atenas se paraliza por la final de la Conference League

Sin embargo, las históricas medidas de seguridad han levantado fuertes críticas entre los atenienses, que han visto como su vida cotidiana se veía afectada por la celebración de la final. «En este país no somos capaces ni de organizar una final deportiva», protesta Christos, un aficionado del Olimpiakos que no consiguió entrada en el sorteo para ver el partido. «Cualquier otro país de Europa donde se organice un evento deportivo como este o más grande, la vida de los ciudadanos no se ve afectada, en cambio aquí hemos cerrado los colegios y cortado las arterias principales de la ciudad, es una vergüenza», explica visiblemente enfadado.

El suburbio de Nea Filadelfia, al norte de Atenas, uno de los barrios más cosmopolitas, y donde los bares y restaurantes están siempre a rebosar, amanecía hoy desierto. «No podemos salir de casa sin un permiso de circulación emitido por el ayuntamiento», relata a este diario Yanis, residente de Nea Filadelfia. «Desde por la mañana no hacen más que pasar helicópteros y drones por el barrio, y desde mi ventana veo francotiradores en algunas azoteas», añade.

La campaña de seguridad ha creado cinco anillos alrededor del perímetro del estadio, por donde pasarán únicamente aquellos que tengan entrada para el partido, acreditación UEFA o acreditación especial de residente permanente. Varias pancartas en contra de las medidas de seguridad y del cierre de los colegios cuelgan desde hace semanas en los centros escolares de Nueva Filadelfia. «Muchos de los vecinos están indignados, pero otros están felices por el evento. Personalmente me alegra especialmente que un equipo griego haya llegado a la final y que el último partido se esté celebrando en el barrio donde crecí», relata a ABC, Iliana, una antigua vecina de Nea Filadelfia.

Más de 5.000 agentes policiales desplegados por toda la capital, colegios cerrados, teletrabajo obligatorio para los residentes de Nueva Filadelfia y de otros barrios del norte de Atenas, espectadores que acuden al estadio escoltados por la policía nacional, son algunas de las medidas establecidas por el ejecutivo conservador de Kyriakos Mitsotakis. «Lo que nos preocupa es la seguridad y la buena organización. Lo principal para los futbolistas es disfrutarlo. Espero que estemos al comienzo de un hermoso verano para el deporte griego», declaraba este miércoles el primer ministro griego.

Mitsotakis, durante una entrevista televisiva en la que explicó que vería el partido desde su «casa, en mi televisión, con una buena barbacoa y con buenos amigos, como imagino que hace la mayoría de la gente, porque lamentablemente fueron muy pocos los que conseguido la entrada mágica».

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«Esta es una celebración del deporte que debemos proteger y garantizar que se lleve a cabo sin problemas, ya que las imágenes de la capital se retransmitirán a todo el mundo. La máxima prioridad para la policía ha sido garantizar el evento y la seguridad de todos los ciudadanos, aficionados y participantes», declaraba el director general de la policía del Ática y jefe de seguridad de la final, Ioannis Skouras.

Por su parte, el Servicio de Aviación Civil prohibió los vuelos de helicópteros y avionetas (drones, etc.) por razones de seguridad durante la celebración del partido, quedando excluidos de la prohibición los vuelos especiales y gubernamentales y a una altura no inferior a 5.000 pies sobre el nivel del mar, mientras que el Ministerio de Trabajo informó a las empresas que los trabajadores que no puedan asistir a sus puestos por las restricciones de circulación y seguridad durante la final, deberán cobrar la jornada laboral. Por esta razón, muchas empresas han optado por el teletrabajo. El pasado domingo por la noche las autoridades cerraron el estadio y registraron con perros entrenados cada rincón, mientras que en el exterior del campo se creaba un perímetro de seguridad por el que solo podrán pasar personas con acreditación especial y tras un estricto control.

Entre las medidas destaca la creación de tres puntos de encuentro para los aficionados de los dos equipos. En este sentido, los hinchas del Olympiacos, se dieron cita en el Pireo, en el Estado de la Paz y la Amistad y se trasladaron al estadio de AEK gracias a la línea 1 de metro. Cabe recordar que esta línea del suburbano se cerró al público general desde primera hora de la tarde y que los aficionados tuvieron que mostrar en la estación la entrada al partido y su carné de identidad antes de subirse a los trenes.

Por su parte, los aficionados de la Fiorentina llegaron al estadio en autobuses fletados por el ayuntamiento para este fin, y escoltados por agentes de la policía. Una vez en el estadio, los aficionados de los dos equipos accedieron al reciento tras pasar por un estricto control policial. «Si gana el Olimpiakos, esta noche celebraremos una gran fiesta en la plaza de Omonia y en el Pireo. Será la primera victoria europeo de un equipo griego y todo el país se va a volver loco», afirma.