Araujo, la kriptonita de Vinicius

Ronald Araujo es el antídoto que ha encontrado Xavi para frenar a Vinicius. Sin un lateral derecho especialista, el egarense ha optado por encomendar esta posición a Jules Koundé, salvo cuando el Barcelona se enfrenta al Real Madrid. Consciente de que por esa banda se desenvuelve uno de los jugadores más determinantes del equipo de Ancelotti, el técnico catalán se agarra al uruguayo, más férreo en el marcaje y más rápido a la hora de realizar las coberturas. De lejos, el defensa más completo de su plantilla y uno de los mejores del mundo. Ahí están sus números frente a Vinicius

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Ambos se han enfrentado en cinco ocasiones, en las dos que el uruguayo fue central, el partido cayó del lado blanco. En las tres que ha actuado de lateral derecho, 0-4 en Liga, 3-1 en la final de la Supercopa y 0-1 en Copa del Rey y, lo que es más importante, invisibilidad total de Vinicius. Un problema que desnuda una carencia del Madrid. Cuando el brasileño desaparece, el equipo no tiene argumentos en la derecha para sorprender al rival. Pasó en estos tres partidos contra los de Xavi, o el sábado pasado en el derbi. Sin el desborde, la verticalidad y la zozobra de Vini, el Madrid en estos momentos no encuentra en otro jugador el desequilibrio que necesita cuando enfrente tiene un equipo que ejecuta a la perfección su plan defensivo

El caso de Araujo es curioso. No encajaba demasiado en el exigido ADN Barça cuando firmó por el filial, en 2018. Los 1,7 millones de euros -más 3,5 en variables- que pagó el club azulgrana a Boston River se antojan ahora una minucia y una de las mejores operaciones de la directiva de Bartomeu, pero su confirmación en el Camp Nou no está exenta de épica y superación.

Araujo sufría muchísimo en los entrenamientos, se desesperaba con los rondos -ejercicio básico en el Barcelona desde que Cruyff regresó como entrenador- y se dudaba de su capacidad para salir con el balón jugado desde atrás, tarea inherente a la filosofía de juego culé. El charrúa trató de moldearse a sí mismo y se autoimpuso una serie de ejercicios caseros para mejorar estos aspectos. Se compró una pelota pequeñita e iba por casa con ella para mejorar el manejo de balón. El físico ya lo tenía y solo le faltaba depurar la técnica y lo logró. Araujo persistió en su intención de triunfar en el Camp Nou y lo ha conseguido. Un éxito compartido con Ramón Planes, que fue el que a pesar de las reticencias que había en el club azulgrana, apostó por su fichaje. Planes era el secretario técnico entonces y le pidió a García Pimienta, entrenador del filial, que le diera una oportunidad. Allí coincidió con Mingueza, Chumi y Cuenca, entre otros.

El crecimiento de Araujo ha sido tan espectacular y su confirmación tan rotunda que el Barcelona no dudó en acelerar su renovación hasta 2026 y la selección uruguaya medita otorgarle el brazalete de capitán. Convocado para jugar dos amistosos en marzo contra Japón y Corea del Sur, no se descarta el nuevo rol para el azulgrana después de que el seleccionador interino, Marcelo Broli, no haya convocado a ninguno de los jugadores históricos que han lucido capitanía en desde que Uruguay quedara semifinalista en Sudáfrica 2010. Otro hito más para Araujo, la kryptonita de Vinicius.