El año más desastroso de Guardiola, y él tan campante: «Vi muchas cosas buenas»

Ha sido la última decepción de un año catastrófico, el desastre final de la peor temporada en la década que lleva Pep Guardiola como entrenador del City. Pese a haber gastado antes otros 243 millones en media docena de futbolistas —Marmoush, Nico González, Khusanov, Vitor Reis, Savinho y Bah—, únicamente ha ganado un título menor: la Community Shield, competición que disputan a principio de agosto los campeones de la Premier League y de la FA Cup.

En la Premier 2024-25, el conjunto azul de Manchester sufrió para acabar en uno de los puestos que dan derecho a jugar la próxima Liga de Campeones. Finalmente fue tercero, a tres puntos del segundo, Arsenal, y a 13 del Liverpool, campeón liguero inalcanzable.

Tampoco pudo levantar ningún otro trofeo nacional. Fue eliminado por el Tottenham en octavos de la EFL Cup, y perdió la final de la FA Cup ante el Crystal Palace (0-1).

No le fue mejor en la Liga de Campeones. En el estreno del nuevo formato, el City estuvo a punto de no pasar de la fase de liguilla. Lo hizo en el último suspiro, pero en el primer cruce, dieciseisavos, cayó con claridad ante el Real Madrid.

Así las cosas, Guardiola y sus muchachos afrontaban el también inédito Mundial de clubes con ánimo de ganarlo o, al menos, de firmar una buena actuación. Y lo cierto es que arrancaron fuertes. Fue el único equipo que ganó los tres partidos de su Grupo y, por tanto, el único que hizo el pleno de puntos, 9.

Con tan buenos antecedentes, se presentó como claro favorito al encuentro de octavos ante el Al-Hilal, soñando con metas mayores. Pero el conjunto saudí desnudó de nuevo los defectos del cuadro inglés, y en la prórroga quedó certificado el enésimo fiasco del año.

Curiosamente, la derrota no pareció afectar mucho al técnico español. Acostumbrado a las decepciones durante los últimos meses, parece haberse mentalizado para tomarse con optimismo tanto revés deportivo.

«Vi muchas cosas buenas que no había visto antes, sobre todo en la relación entre los jugadores y el cuerpo técnico. Siento que estábamos felices y los entrenamientos han sido muy buenos, pero el nivel aquí es muy alto», declaró Pep ante los sorprendidos periodistas.

Y seguidamente, tan campante, se despidió: «Tengo la sensación de que el equipo está bien, pero nos vamos para casa. Ahora toca descansar y refrescar la mente para volver mejor la próxima temporada».