Andrés Iniesta confiesa cómo pasó por la depresión y cuál fue el peor momento de su vida: «Me voy a morir»

Un camino que no ha sido nada fácil para el que fuera autor del gol que llevó a la gloria a la Roja de Del Bosque en el Mundial de Sudáfrica. Y es que Iniesta no ha escondido nunca lo complicado que fueron sus primeros años en la Masía del Barça, alejado de su pueblo natal y de todos sus allegados, y su batalla contra una dura depresión que estuvo a punto de acabar no sólo con su carrera, sino también con su vida.

El futbolista fue uno de los primeros en hablar sobre salud mental en el mundo del deporte, donde la debilidad psicológica siempre se ha estigmatizado: «La gente se piensa que los deportistas somos superhéroes y superheroínas, pero por muy bien que te vayan las cosas todos podemos tener problemas. A nivel de pareja, a nivel de familia, a nivel de una enfermedad de una persona querida. Esto no se ve porque el deportista no lo cuenta pero lo lleva encima y muchas veces no tiene con quién compartirlo», contó hace unos meses en una entrevista para The Wild Project, donde se sinceró sobre la falta de visibilidad de este problema que afecta a muchos personajes del deporte.

Y es que, antes de convertirse en el «Iniesta de mi vida» que consiguió hacer soñar a un país en 2010, el futbolista manchego tuvo que hacer frente a una serie de momentos complicados, tal y como confesó en una entrevista para el podcast Nude Project hace unos meses.

El propio Andrés Iniesta pudo comprobar desde bien pequeño la exigencia de la élite, «no sólo a nivel físico, sino también a nivel mental». Esta presión llegó hasta tal punto que incluso se planteó dejar atrás todo por lo que había soñado: «He tenido la suerte de estar en el Barça, en la Selección, en lo mejor del mundo mundial, inimaginable para mí..., pero también he pasado peajes muy duros desde que me fui con 12 años a Barcelona sin mi familia, con ese foco de conseguir tu sueño, de no desviarte, de privarte de muchas cosas», aseguraba en esta charla.

El de Fuentealbilla había imaginado una vida como futbolista profesional, pero no fue consciente de lo que había detrás de ello hasta 1996. Andrés acababa de jugar el torneo alevín de Brunete con el Albacete, donde fue elegido mejor jugador del torneo, y fue entonces cuando recibió la llamada que le cambiaría la vida: «Cogí yo el teléfono y me dijeron 'Hola, soy Joan Martínez Vilaseca, del Barcelona'. Ahí me cagué, yo no quería irme porque si me iba era sin mis padres y sin mi hermana. Les dije a mis padres que no quería irme a Barcelona», recordó en esta entrevista.

Su vida hubiera sido muy diferente si hubiera rechazado la oportunidad de sumarse a la cantera del conjunto culé, pero finalmente lo hizo tras muchas semanas de reflexión: «Hablando con mi padre de lo que significaba y de todo lo que podía ser esa oportunidad, al final le dije 'mira, que vamos'. Por él, por la familia y por todos», aseguró entonces, hablando del «terrorífico» paso que tuvo que dar al abandonar su hogar siendo tan solo un niño. «El hecho de irme con 12 años y estar solo es lo peor que me ha pasado en mi vida. Yo igual estuve un mes llorando cada noche y casi sin comer», recordó respecto a esta experiencia.

De hecho, Andrés Iniesta estuvo a punto de renunciar a todo pocas horas después de llegar a Barcelona por primera vez: «La noche que me dejan allí mis padres, que se fueron a un hotel a 100 metros, mi padre quería venir a La Masía a por mí. No aguantaba, dijo 'voy a por él y nos volvemos a casa'». Fue su madre quien le frenó en su empeño, recordándolo que ya habían dado «el paso que parecía imposible», y decidieron seguir adelante a pesar de las dificultades. «Al final los veías un día y medio cada tres semanas», reveló.

Su paso por La Masía le sirvió para madurar más rápido que cualquier otro niño de su edad, pero también ha «penalizado» a su salud mental a posteriori: «Tu cuerpo va absorbiendo esas malas sensaciones, por un sitio o por otro tiene que salir. Tú vas ahí y sabes que tienes al compañero al lado, pero tienes que ser mejor que él en cada entreno, en cada partido. Y luego en junio las notas, estos pasan y estos no, no es fácil».

Aún así, Andrés Iniesta reconoció que el tratamiento de la salud mental en las categorías inferiores del fútbol «ha mejorado hace unos años»: «Ahora ayudan a los chicos que viven estas experiencias con profesionales en los que se pueden apoyar, para que puedan canalizar mejor sus sentimientos, sus frustraciones... Eso, afortunadamente, ha mejorado muchísimo».

La presión de la élite también afectó a Iniesta pocos meses antes de que se celebrara el Mundial de Sudáfrica. El futbolista, lastrado a nivel físico por una serie de lesiones musculares encadenadas que afectaron a su rendimiento, cayó de lleno en una depresión tras recibir la noticia de la muerte de uno de sus más íntimos amigos: el capitán del Espanyol Dani Jarque, que fallecía en agosto de 2009 de forma repentina por un infarto agudo de miocardio con tan sólo 26 años.

El centrocampista sintió entonces que había tocado fondo, sin capacidad para levantarse, e incluso sintió que no merecía la pena seguir viviendo: «Hubo un día que estaba en casa de mis padres y le dije a mi madre 'o bajamos a ver al doctor o me voy a morir'. Había perdido todo lo que era yo. Este episodio es uno de esos, de esa inseguridad, de esa mente que nos domina constantemente», contaba el ex del FC Barcelona al recordar su peor momento en esa lucha contra su propia subconsciente.

Afortunadamente, con la ayuda profesional necesaria y mucho esfuerzo, Iniesta consiguió afrontar estos problemas de salud mental y rehacerse para convertirse en el héroe de la Copa del Mundo: «Vivir esa situación y superarla me ha hecho mucho mejor», explicaba el deportista, que ha aprendido gracias a ello cómo lidiar con estos episodios. «Ahora sé lo que me hace bien o lo que me hace menos bien. Las vivencias que has vivido en el pasado te ayudan a que ahora lo que antes hacía por obligación, ahora no lo haces porque sabes que te penaliza en otros sitios», explicó.

Respecto a cómo podemos anticiparnos a estas situaciones, el genio de Fuentealbilla ha asegurado que es necesario entrenarse «mentalmente» a diario: «Cada día vives situaciones de estrés que necesitas aprender y mejorar. Por eso me gusta escuchar a los profesionales, aunque sé que es muy difícil. A lo mejor no puedes con todo y necesitas otro tipo de herramientas», concluía el excentrocampista sobre la obligación de acudir a expertos en psicología cuando las cosas van mal.