Las aficiones visitantes, vetadas en la Copa

Tener que viajar, con la dificultad que conlleva hacerlo entre semana, aparece como única solución para los fieles de esos cuatro conjuntos que quieren empujar a sus jugadores desde la grada, pero el número ridículo de entradas facilitadas por las directivas rivales hace prácticamente imposible que puedan cumplir sus planes. En el caso de los donostiarras, por ejemplo, poco más de un centenar de localidades para el Camp Nou (162) y solo un puñado más para los colchoneros en el Santiago Bernabéu (334), cantidades que han provocado sorpresa y críticas de unas hinchadas que reclaman a la RFEF medidas para evitar situaciones similares en ediciones futuras.

A diferencia de lo que sucede en las competiciones europeas, en las que la normativa de la UEFA insta a los clubes a ceder un porcentaje de asientos a los aficionados visitantes, en la Copa del Rey no existe esa obligación de reservar un cupo de entradas (tampoco en la Liga española). Aunque el nuevo formato de esta competición lleva ya años en funcionamiento, el atractivo de los cuartos de final que se abren esta noche ha abierto la caja de los truenos.

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«Al implantar el sistema de eliminatorias a partido único, la Federación debería regular que el equipo visitante pueda tener la posibilidad de contar con un mínimo apoyo de sus aficionados. Como hace la UEFA con la Champions, tendría que obligar al equipo local a ceder el 5% de su aforo para los seguidores visitantes», reclama Alberto García, portavoz de la Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid. En su conversación con este periódico, va más allá en sus peticiones: «También debería marcar un precio máximo para las entradas facilitadas a los equipos visitantes. La RFEF debe velar por el interés del aficionado y más en las competiciones que organiza la propia Federación».

El Real Madrid, como el resto de equipos, no tiene obligación de ceder entradas y la entrega realizada al club colchonero supone un gesto de cortesía, aunque no deja de sorprender que en uno de los dos estadios con mayor capacidad de España (pese a que hay zonas que continúan en obras) solo haya posibilidad de ubicar a 334 visitantes. Sorpresa que aumenta si se echa la vista atrás porque durante su participación en esta edición de la Copa del Rey, en la que ha superado ya cuatro eliminatorias, el Atlético de Madrid solo ha recibido menos entradas en el desplazamiento a Carballino para enfrentarse al Arenteiro en Espiñedo. Un modesto campo de 2.000 localidades que amplió su capacidad hasta las 2.800 con una grada supletoria. Los rojiblancos estuvieron acompañados entonces por 150 incondicionales. Ante el Almazán fueron 1.651, un millar en el Carlos Tartiere de Oviedo y 635 en la anterior ronda de octavos frente al Levante. «Nos parece mal que el Madrid haya facilitado solo 300 entradas, los socios del Atlético habían solicitado al club más de 4.000, por lo que la mayoría no podrá ir a verlo. Más que contra el Real Madrid, que tampoco es que haya ayudado, la crítica aquí es contra la organización de la competición por parte de la Federación Española por no tener este tema regulado», insiste Alberto García.

El número de entradas entregadas por el Real Madrid es similar al que cedió el Atlético a su eterno rival en el último derbi de Liga. Porque, como sucede en la Copa, LaLiga tampoco obliga a dar un cupo de localidades para visitantes. Javier Tebas, su presidente, ha mostrado últimamente su intención de promover un acuerdo entre clubes para fijar un precio máximo en las localidades para los aficionados foráneos y establecer para ellos un porcentaje fijo del aforo de cada estadio de Primera y Segunda división.

Con el cambio del formato llevado a cabo por el presidente Rubiales, el aficionado de un equipo de Primera división solo tiene asegurado poder disfrutar de un partido de la Copa del Rey si su equipo alcanza las semifinales. Hasta entonces depende del azar porque la normativa establece que los encuentros se disputen en el campo del conjunto de inferior categoría o en el que salga primero en el sorteo si militan en la misma. En una temporada decepcionante en la que el equipo de Simeone ha pinchado en Liga y Champions, la Copa aparece como última posibilidad de soñar con un título, por lo que la afición colchonera preparaba un desembarco en el Bernabéu para empujar a sus jugadores. Un deseo frustrado. «El Real Madrid se reserva el derecho a impedir la entrada al estadio a aficionados del equipo visitante con localidades que hayan sido adquiridas por otros canales y no estén ubicadas en la zona visitante», alerta el Real Madrid en su web.

Como en el caso de los colchoneros, miles de seguidores de la Real Sociedad que pensaban viajar al Camp Nou para apoyar al conjunto de Imanol Alguacil se han quedado con las ganas. Las 162 dadas por el Barcelona (reducidas por el club donostiarra a 120 tras cumplir con sus compromisos) han desbaratado los planes de una hinchada que también ha sido avisada por el club azulgrana a través de su web: «Se denegará el acceso al estadio a aficionados con vestimenta o emblemas del equipo rival. Los aficionados del equipo rival deben adquirir sus entradas contactando con su respectivo club». Advertencia a la que se refirió este martes el técnico del equipo guipuzcoano: «Es muy triste, una pena, que un aficionado no pueda representar a su equipo fuera de casa, pero no me voy a meter donde no me llaman». Además de no jugar en su estadio, el no contar con el calor de su gente lejos de casa supone, al igual que en el caso del Atlético, otro hándicap para el conjunto de Anoeta.

Los clubes son conscientes de la importancia que juegan los hinchas en este tipo de eliminatorias y el Sevilla ha decidido costear las entradas disponibles (609) que ha puesto Osasuna a disposición de la entidad andaluza.